La industria cerámica española es un sector fundamentalmente cogenerador. A partir de los años 80 y especialmente por la llegada del gas natural, las empresas del sector apostaron por una transformación productiva e instalaron sistemas de cogeneración en el proceso, con la consiguiente mejora y eficiencia energética para la producción de azulejos. La cogeneración asociada a las industrias cerámicas permite un rendimiento energético de hasta el 90% y supone una considerable disminución de emisiones de CO2.
El sector cerámico cuenta con cerca de 80 instalaciones de cogeneración con casi 300 MW instalados. La cogeneración hace al sector más eficiente y sostenible y le aporta mayor competitividad. Una competitividad necesaria para mantener su posición en los mercados internacionales.
En 2010 la cogeneración cubrió el 12% de la demanda nacional de electricidad, en 2009 fue del 11%, lo que evidencia que en contexto de crisis las industrias cogeneradoras mantienen mejor sus producciones –e incluso las incrementan- empleando cogeneración.
Las empresas que cogeneran en España corresponden a sectores que suponen el 40% del PIB industrial (ex-construcción) y que suman 1,4 millones de empleos, por lo que la cogeneración es un excelente indicador adelantado de la producción industrial más eficiente, industrias que logran ser más competitivas y no perder posicionamiento en sus mercados, empleando para ello el ahorro de energía mediante la cogeneración.
Además de ser una herramienta clave para la competitividad de las empresas industriales y de servicios que la utilizan, la cogeneración es básica para alcanzar los objetivos nacionales de eficiencia energética y ahorro de emisiones de CO2. La cogeneración ahorra al país 1,5 millones de toneladas equivalentes de petróleo, reduce un 3,2% las emisiones de gases de efecto invernadero, y genera significativos ahorros en los costes de la red: en total más de 1.000 millones de euros anuales que ahorra al Sistema Eléctrico. Sin contar los restantes beneficios derivados de su aportación a la competitividad industrial, al mantenimiento del empleo, reducción de la dependencia energética, motor de inversión, etc.
En definitiva, ventajas y beneficios para el bienestar y desarrollo sostenible del país, asociadas a la economía productiva y extendidas a lo largo de su cadena de suministro: la cogeneración supone el 12% de la producción eléctrica y el 7% de la energía final consumida, utilizando el 20% del consumo nacional de gas natural, así como otros combustibles, ya que el 30% de la generación con biomasa en España también utiliza la cogeneración.
España tiene un potencial de desarrollo de la cogeneración de casi 25.000 MW, desde los actuales 6.000 MW. En los últimos años Europa ha incrementado su cogeneración a un ritmo muy superior al español, una situación que la planificación energética nacional ha decidido revertir apostando por un mayor desarrollo del sistema y un mayor peso de la eficiencia energética en sus políticas. El pasado año el Plan Nacional de Acción de Energías Renovables (PANER) estableció el crecimiento de la cogeneración en más de un 50% hasta el año 2020, para alcanzar 9500 MW instalados que supongan el 18% de cobertura de la demanda de electricidad de España mediante cogeneración en 2020.