La vicepresidenta primera y consejera de Medio Ambiente, María Jesús Ruiz, y el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, han suscrito la adenda al convenio de colaboración firmado en enero de 2010 para la realización de acciones encaminadas a mejorar la recogida y gestión del aceite usado vegetal de uso domiciliario, de forma que este servicio se amplía a toda la ciudad.
El aceite vegetal usado es un residuo catalogado con el Código Europeo de Residuo (CER) 200125 y verter dicho residuo al fregadero o al inodoro es una práctica antiecológica. Un litro de aceite usado puede contaminar hasta 1.000 litros de agua. Los aceites llegan a los ríos y forman una película superficial que impide el normal intercambio de oxígeno, de manera que altera el ecosistema.
Valladolid cuenta actualmente con 51 contenedores para una población próxima a los 100.000 habitantes. El objetivo es ampliar este sistema de reciclaje instalando 87 contenedores más en diferentes puntos de la ciudad según los estudios previos de ubicación y diseño de recogida que otorguen la máxima eficacia y garantías al sistema, para que la totalidad de la población de la capital pueda disponer de este servicio.
La buena acogida de la ciudadanía ha sido determinante a la hora de generalizar la recogida a toda la población, lo que supone otro paso más en las políticas medioambientales del Ayuntamiento. De hecho, durante 2010, los contenedores instalados en las calles recogieron un volumen de aceite doméstico usado del que ha sido posible extraer 36.000 kilos para su transformación en biodiesel.
El objetivo de esta recogida de aceite no es únicamente el de eliminar un residuo, sino de valorizarle transformándole en biodiesel. Además de sus ventajas ambientales, el reciclaje incide en el potencial de generación de empleo que tiene la correcta gestión de los residuos: En este caso se estima que por cada 1.000 toneladas recogidas, se consolidan 9 puestos de trabajo, es decir, una expectativa de empleo directo superior a los 100 puestos de trabajo en el conjunto de la Comunidad.
El sistema asegura la gestión de todos los componentes, tanto el aceite usado, como las botellas de plástico que lo contienen, y se garantiza el ratio mínimo de un contenedor por cada 2.500 habitantes.