Eurostat (Oficina estadística Europea) acaba de hacer públicos los datos oficiales sobre las cantidad de residuos producidos en Europa por cada habitante, los que se reciclan, se incineran, se llevan a vertedero o se compostan en cada país.
El estudio pone de manifiesto la gran diferencia que existe entre las políticas de gestión de residuos de unos y otros países, siendo en general los países con mayor eficiencia energética los que más reciclan, a pesar de ser en su mayoría fuertemente dependientes de la energía importada del exterior. España destina el 52% de los residuos municipales al vertedero, mientras que en Alemania esta cifra es ya de 0%. De los residuos que produce, Alemania recicla y composta el 66% de sus desechos, transformado el problema de los residuos en una solución energética o de compostaje.
Suiza, Austria y Noruega, con un 1% de RSU destinados a vertederos, encabezan la lista de los países más ecológicos, frente a Bulgaria, Rumanía, Malta o Letonia, con índices por encima del 95% de residuos en vertederos; residuos que emiten metano al fermentar, un gas de efecto invernadero que contamina 20 veces más que el CO2.
Una solución a estos vertederos, como se viene promoviendo desde la Fundación CEMA, sería aprovechar el potencial calorífico de aquellos residuos que no se pueden reutilizar, ni reciclar como energía alternativa. En Alemania, siguiendo con el ejemplo anterior, el 52% del poder calorífico de sus hornos de cemento proviene de residuos recuperados, mientras que en España esta cifra solo alcanza el 12%. Incrementar esa cifra implicaría disminuir nuestra dependencia energética del exterior, mejorar la competitividad del sector cementero español y ofrecer una solución más sostenible para la gestión de los residuos.
Acabar con los vertederos, como ha demostrado ya Alemania, supone elevar notablemente los porcentajes de reciclado y aprovechar después la energía contenida en los residuos mediante su valorización energética. De esta manera transformamos un problema ambiental en una opción de ahorro de energía al sustituir combustibles fósiles como el petróleo, por combustibles derivados de residuos.