Greenpeace ha publicado un nuevo análisis del mercado eléctrico mundial que muestra que, desde los años 90, la instalación de energía eólica y solar ha crecido más rápido que ninguna otra tecnología de generación electricidad. El crecimiento de las renovables se ha producido cada vez más rápidamente, alcanzando su mayor cuota de mercado en 2010, con una potencia instalada capaz de producir el equivalente a la tercera parte de la electricidad consumida en Europa.
El informe de Greenpeace La Revolución Energética Silenciosa: 20 años en marcha, también destaca cómo las plantas de energía renovable han supuesto más de la cuarta parte (26%) de todas las nuevas centrales eléctricas conectadas a la red en el mundo en la última década, mientras que las centrales nucleares han representado apenas un 2% en el mismo periodo. Y mientras la potencia renovable aumentó en un 26%, la de gas lo hizo un 9% y la de carbón un 8%.
Según Sven Teske, responsable de la campaña de Energía Renovable de Greenpeace Internacional, "Como las energías renovables son ya la forma de generación de electricidad que crece más rápido, los gobiernos pueden hacer una elección simple y clara: pueden comprometerse a un futuro encadenado a combustibles fósiles sucios y peligrosos, o pueden poner en marcha una revolución energética aprobando leyes de energías renovables en todo el mundo, y dirigiendo las inversiones en un futuro de energía renovable que no solo impulsará el crecimiento económico mundial y creará empleo verde, sino que tendrá un papel clave para mitigar el cambio climático".
Casos concretos: Alemania, España, EE.UU., China
En el informe se analizan dos de los casos de países que han registrado un mayor crecimiento de las renovables: Alemania y España. En Alemania, de toda la potencia instalada en el último decenio, el 81% ha sido renovable, un 14% gas y un 5% carbón. En España, un 46% ha sido renovable y un 54% gas. Ambos países coinciden en una política eficiente de tarifas y primas de apoyo a las renovables. Pero se diferencian en la estabilidad y firmeza de su política.
"Mientras Alemania ha consolidado su estrategia de transformación energética hacia las renovables con la reciente ley de abandono definitivo de la nuclear, en España el Gobierno carece de estrategia energética definida, y está cada vez más a merced de las presiones de las grandes eléctricas", ha declarado José Luis García Ortega, responsable de la campaña Cambio climático y Energía de Greenpeace España. "A diferencia de Alemania, el sistema español ha estado sujeto a permanentes reformas, cada vez más restrictivas hacia las energías renovables, y en medio de una continua incertidumbre, de forma que España ha pasado de estar en el grupo de cabeza del mercado mundial de las renovables a ir perdiendo posiciones en favor de los países que siguen apostando por ellas con firmeza o sumándose a esta carrera imparable".
El informe incluye también un análisis regional para EE.UU. y Europa, en el que se muestra que la liberalización de los mercados eléctricos está provocando que se invierta menos en centrales eléctricas nuevas y se extienda la vida de las existentes. Solo un 10% de las centrales instaladas en EE.UU. y Europa entre 2000 y 2010 fueron de carbón y nucleares, siendo la tecnología dominante de las nuevas centrales el gas. La cuota creciente de renovables en ambas regiones, especialmente de eólica y solar fotovoltaica, se debe a los objetivos legalmente vinculantes de renovables y a las políticas de apoyo como las legislaciones de tarifas y primas.
En total, la instalación de nueva potencia eléctrica en Europa en 2010 alcanzó su récord máximo, debido a la necesidad de repotenciar su envejecido parque de generación.
"Los gobiernos tienen que asegurar que esta tendencia continúe, impulsando la transición hacia un suministro energético 100% renovable", ha dicho Sven Teske. "En particular, Norteamérica y Europa necesitan liderar un despliegue más rápido de nuevas renovables, mientras cierran las viejas térmicas de carbón, si hemos de lograr las reducciones de emisiones que se necesitan urgentemente para salvar el clima".
El informe La Revolución Energética Silenciosa muestra que mientras la industria eólica mundial instaló unos 35.000 MW de potencia solo en 2010, a la industria nuclear le costó un decenio completo lograr eso mismo (2000-2010). Durante ese mismo periodo, la instalación de centrales térmicas de carbón estuvo bajando en todos los países excepto en China, donde se han puesto en marcha casi el 80% de las nuevas térmicas de carbón de la última década. Sin embargo, China no solo ha cerrado algunas de sus centrales de carbón más sucias en los últimos cinco años, sino que ha aumentado su mercado eólico nacional, duplicando la potencia cada año desde 2003.