La Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESA), en colaboración con el Departamento de Sanidad y Consumo del Gobierno Vasco, ha organizado el XI Congreso Español y II Iberoamericano de Salud Ambiental, que se ha celebrado en Bilbao con el lema Evaluación del Impacto Ambiental en la Salud. En él han participado la Fundación Laboral del Cemento y el Medioambiente, Fundación CEMA, que es además unos de sus patrocinadores.
La Fundación ha estado presente con un “stand” y ha presentado tres comunicaciones relacionadas con el sector cementero. Por un lado, una comunicación sobre “Valorización energética de residuos en fábricas de cemento y salud ambiental”. En segundo lugar, “Evaluación de los potenciales riesgos para la salud humana en las proximidades a plantas cementeras.
Exposición a dioxinas, furanos y metales”, comunicación oral a cargo de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona y por último, la comunicación oral “Estudio sobre las emisiones de las plantas cementeras y su posible efecto sobre el medio ambiente y la salud en su entorno”, a cargo de URS España.
La presencia de la Fundación CEMA en este Congreso ha sido determinante para promocionar la valorización de residuos en plantas de fabricación de cemento como un tratamiento seguro desde el punto de vista de la salud ambiental y respetuoso con el entorno, como lo corroboran estudios independientes de organismos nacionales e internacionales de prestigio como la Agencia de Protección Ambiental Americana – EPA; el Comité Consultivo sobre Efectos Médicos de Contaminantes para la Salud de Reino Unido; La Universidad de Dalhouisie de Canadá; el Centro de Investigaciones Energéticas y Medioambientales, CIEMAT, (que ha realizado un estudio en colaboración con el CSIC); la Universidad de Alicante; o la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, entre otras.
Las conclusiones de estos organismos independientes, son coincidentes a la hora de apuntar que el uso de combustibles derivados de residuos no modifica las emisiones de las fábricas, ni implican riesgos adicionales para la población del entorno.
Dimas Vallina, Director Gerente de la Fundación Cema, explica que los hornos de cemento son instalaciones “especialmente indicadas para utilizar residuos como combustibles”. La presencia de minerales entre 1000° y 1.450° aporta estabilidad a la combustión y, entre estos minerales, la cal, constituye un sistema de filtrado de los gases en si mismo. “Por cada kilo de residuo tratado puede haber de 90 a 180 kilos de minerales pulverizados en contacto con los gases de combustión, que funcionan como un sistema de limpieza mucho mayor y más eficaz que el de otras instalaciones de combustión”, explica Vallina.
Los residuos que se utilizan en las fábricas son aquellos que no se pueden reutilizar ni reciclar, y que actualmente se están depositando en vertedero, con el consiguiente desperdicio material y energético, además de ser una fuente constante de problemas medioambientales y de salud pública. Vallina explica que “los vertederos son los causantes del 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero, además de provocar otra serie de impactos medioambientales: olores, impacto visual, potencial contaminación del suelo y aguas subterráneas,etc”.
Los países con los mayores estándares de protección ambiental y más avanzados en la defensa de la seguridad y salud de las personas (Estados Unidos, Japón y países del centro y norte de Europa) utilizan desde hace más de 30 años residuos como combustible en los hornos de las fábricas de cemento, con totales garantías para los trabajadores y los vecinos de las fábricas.
En Europa, países como Holanda sustituyen hasta un 83% de combustible tradicional en sus hornos de cemento. Un ejemplo clarísimo de la seguridad de este proceso es que durante el gobierno en coalición del partido Verde en Alemania se incrementó significativamente la valorización de residuos en plantas cementeras con el fin de clausurar la totalidad de vertederos en ese país, objetivo que está prácticamente conseguido. Actualmente, Alemania sustituye el 61% del combustible fósil de sus fábricas de cemento por combustibles derivados de residuos.