El uso estructural de la madera está volviendo con fuerza a la construcción y es una opción cada vez más demandada. Así lo confirman desde Casa Nova 3020, especialistas en casas de estructura de madera. Según su experiencia, hay formas de entender un hogar que van más allá de valorar la solidez (algo que también garantiza la madera). Se trata de familias preocupadas por el entorno, que priman el equilibrio natural, la sostenibilidad y el confort.
Desde Casa Nova 3020 certifican cómo este sistema de construcción sigue ganando adeptos: a pesar del estancamiento del sector inmobiliario, cuentan con proyectos en curso por más de 2.000 metros cuadrados, tanto en el País Vasco como en Asturias. Entre ellos destacan un chalé en Igorre (Bizkaia), un bifamiliar en Sopelana (Bizkaia) y otro chalé en Ribadesella (Asturias). La empresa se implica en el desarrollo de todas las fases del proyecto y en la ejecución de obra. Su objetivo es crear hogares bajo premisas sostenibles por la zona norte de la península. Su propuesta: una buena estructura de madera.
Esto plantea un hogar en sintonía con el estilo de vida de cada familia, buscando la personalización y respetando los gustos individuales. Acercando lo mejor de la tradición y de la innovación: tradición en el respeto a los rasgos constructivos de cada zona y sus reglas establecidas a lo largo del tiempo; innovación en la aplicación de la ingeniería moderna y en la utilización racional del medio ambiente.
Sostenibilidad y ahorro
Como especialistas en este sistema, en Casa Nova 3020 apuntan que la madera es de por sí un material aislante, por lo que facilita la eliminación de los puentes térmicos (verdaderos puntos negros de la edificación). Su empleo como elemento estructural también permite regular de forma natural la humedad y la temperatura interior, creando ambientes higrométricamente muy equilibrados, más confortables y saludables.
La certificación energética es otro de sus puntos fuertes, ya que el aislamiento que consiguen permite obtener unas calificaciones muy elevadas, al menos de Clase B, lo que supone un ahorro cercano al 55% en la factura energética si se compara con otro edificio convencional. Otra de sus ventajas es la rapidez: la construcción por medio de estructura de madera no necesita aporte de agua ni las fases de secado y fraguado. Su utilización es la opción preferente de muchos países europeos, donde ya ha demostrado que supera la prueba del tiempo.
Cambio legislativo positivo
En España su utilización ha estado lastrada hasta el 2006. Ese año se aprobó, entre otros, el DB SE-M (Documento Básico Seguridad Estructural Madera) del Código Técnico de la Edificación. Anteriormente no había normativa de obligado cumplimiento relativa a la madera, así que los Organismos de Control Técnico, necesarios para la obtención del seguro decenal que introdujo la LOE en 1999, penalizaban los edificios con estructura de madera, exigiendo especificaciones y controles que a menudo hacían inviable su empleo. Sin embargo, con la entrada en vigor del DB SE-M del Código Técnico de la Edificación, la madera estructural quedó establecida nuevamente y normalizada como material de construcción.
Ahora, tal como explica Casa Nova 3020, las estructuras de hormigón o de madera están reguladas por la misma normativa. Además, una casa de estructura de madera es un bien inmueble asentado definitivamente en el terreno y por lo tanto puede ser hipotecado y suscribir todo tipo de seguros como cualquier otra edificación.