El Instituto de Tecnología Cerámica (ITC), desde su creación comprometido con las mejoras medioambientales y de eficiencia energética en las empresas cerámicas, ha desarrollado un gran proyecto, HIGEA, que abarca varias líneas de investigación destinadas a introducir mejoras para que las empresas se adapten rápidamente a los últimos cambios introducidos en la legislación ambiental.
La línea estratégica del proyecto se basa en realizar un seguimiento continuo de los cambios legales, valorar cómo pueden afectar a la industria cerámica, y, en su caso, iniciar una línea de investigación específica para poner al servicio de las empresas los conocimientos en esta materia que puedan permitir adaptarse ágilmente a los nuevos requisitos. A continuación se explican la tres líneas principales estudiadas durante el año 2011.
En primer lugar se ha valorado la situación de la industria cerámica con respecto a la nueva legislación que introduce reducciones notables en los valores límite de emisión de compuestos orgánicos volátiles (COVs). Según el responsable del Área de Medio Ambiente, Energía y Seguridad Laboral del ITC, Eliseo Monfort: “el interés por estudiar dicho contaminante se debe a los cambios legislativos introducidos con límites más restrictivos en un contaminante que no se había estudiado con anterioridad en la industria cerámica, y por tanto, la situación era totalmente desconocida. Además, durante los últimos años, en el proceso de decoración de baldosas cerámicas se ha introducido cambios muy importantes en el uso de productos orgánicos, con la introducción de técnicas de impresión digital que han complementado a las más tradicionales técnicas de huecograbado".
El desarrollo de este estudio ha permitido conocer que la emisión de COV en este proceso se encuentra por debajo de los nuevos valores límites de emisión asociados a estos contaminantes, por lo que en principio, este requisito no es muy restrictivo para la industria cerámica, si no se introducen cambios importantes en el proceso. Los resultados de detalle se presentarán en el próximo Congreso Internacional “Qualicer 2012” a celebrar el próximo mes de febrero en Castellón.
Reducción de consumos de energía y emisones de CO2
Otra línea prioritaria del proyecto HIGEA ha sido la reducción de consumos de energía y de emisiones de CO2, tanto por la evolución de los costes del gas natural, en continuo aumento en los últimos años, como a la necesidad de adaptarse a los compromisos de emisiones de gases con efecto invernadero impuestos por la Comisión Europea.
En este sentido, el ITC ha desarrollado un programa informático que realiza una simulación numérica del funcionamiento de los hornos de cocción de baldosas cerámicas. El sistema permite, para unas condiciones de operación especificadas, determinar el consumo energético del horno y las emisiones de CO2. Ni los fabricantes de baldosas ni de hornos disponían de una herramienta de simulación del comportamiento del horno. Este modelo de simulación, recoge la experiencia de muchos años de trabajo, e incorpora algoritmos para predecir las condiciones que darán lugar a un funcionamiento óptimo del equipo en cuanto al consumo de energía térmica y emisiones de CO2. El programa de simulación ofrecerá la posibilidad de estudiar la aplicación de algunas medidas, cuyo ensayo experimental resultaría en costes desproporcionados (por ejemplo, modificación de las características relativas a la construcción del horno).
Seguridad y salud laboral
Finalmente, en seguridad y salud laboral se ha continuado con una de las líneas estratégicas en los últimos años dictada por la Comisión Europea que es el estudio de la exposición profesional a la sílice cristalina respirable (SCR). En este sentido se esta desarrollando un intenso trabajo en colaboración, entre otras entidades de investigación europeas y nacionales, como el Centro Nacional de Condiciones de Trabajo del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.
El objetivo es conseguir que la exposición a SCR en los puestos de trabajo se pueda determinar con la mayor fiabilidad, incluso en los ambientes cuya concentración está por debajo de los límites legales, para poder asegurar y mantener bajo control las condiciones de trabajo seguras de forma inequívoca. En este sentido cabe recordar que el ITC es el coordinador del proyecto europeo “SILICOAT”, proyecto pionero a nivel mundial e iniciado recientemente, y que en los próximos tres años pretende desarrollar procedimientos para maximizar la seguridad de los trabajadores en ambientes con sílice cristalina respirable.