El Departamento de Producción Vegetal de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) está participando en un proyecto que tiene como objetivo seleccionar qué tipo de plantas son más idóneas para su utilización en tejados y paredes de edificios.
En concreto, el proyecto CUMED pretende desarrollar este tipo de cubiertas vegetales en condiciones urbanas mediterráneas. Los investigadores tienen como premisa fundamental el respeto al Medio Ambiente, sin olvidar las ventajas estéticas y de aislamiento que deben reunir las cubiertas de un edificio.
Además se quiere desarrollar un sistema que mantenga un uso eficiente de la vegetación, del agua y del sustrato que sea sostenible en el tiempo. Para los investigadores, el desarrollo de esta tecnología puede ayudar a la sostenibilidad del ambiente urbano, reduciendo las llamadas "islas de calor" que se producen en las ciudades, mejorando la calidad del aire y reduciendo los negativos impactos visuales que generan las grandes superficies de hormigón de los edificios.
El proyecto, que está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación dentro del programa INNPACTO, cuenta con un presupuesto global de un millón de euros y tendrá una duración de tres años. En el mismo participan las empresas Vias y Dragados y cuatro centros públicos de investigación: el IRTA, la Universidad de las Islas Baleares, el IRNASE y el CEBAS, que integran el consorcio científico. El Departamento de Producción Vegetal de la UPCT participa en la investigación en colaboración con el CEBAS y sus trabajos se centrarán en la búsqueda de qué especies vegetales son más idóneas para cubrir las necesidades del proyecto.
Los investigadores pretenden que en estas cubiertas ecológicas se utilicen plantas autóctonas que resistan el clima mediterráneo de manera adecuada y que tengan en cuenta los parámetros que se producen en estos climas, como la baja disponibilidad hídrica, los grandes saltos térmicos, la elevada radiación o la existencia de ciertos contaminantes del aire.
Pero el proyecto CUMED no sólo se centra en la búsqueda de qué plantas son más idóneas, sino también en la identificación de sustratos con elevada capacidad de retención hídrica y bajos o nulos niveles de contaminación química y biológica, el desarrollo de sistemas para el control automático del riego desde Internet y todo ello bajo la premisa de que el sistema desarrollado sea económicamente viable.