La conveniencia y posibilidad de la extensión de la Directiva de Ecodiseño a productos no relacionados con la energía (non-ErP) y medios de transporte es una de las propuestas recogidas en el informe de evaluación de esta directiva. Este informe, publicado el 20 de febrero por la Comisión Europea, ha contado con la participación de la Sociedad de Gestión Ambiental Ihobe, así como de otros agentes implicados.
La Comisión Europea ha decidido evaluar la Directiva de Ecodiseño, tras su entrada en vigor en 2009, para valorar su relevancia, efectividad y eficiencia y el valor añadido que aporta a los productos a los que afecta. El proceso de evaluación ha estado abierto a la participación de los agentes implicados (representantes de los Estados Miembros, representantes del mundo de la industria y de los consumidores, asociaciones…) que asistieron a tres encuentros donde se analizó el valor y la efectividad de la Directiva desde su entrada en vigor, y se aportaron sugerencias y reenfoques. Ihobe asistió a dichas reuniones, invitado por la Comisión Europea, participando como ponente y dando una serie de recomendaciones desde su experiencia en el acercamiento de la Directiva de Ecodiseño a las pymes vascas.
En la última reunión, celebrada el pasado 18 de enero en Bruselas, se propuso organizar una vigilancia efectiva del mercado para la correcta aplicación de la Directiva de Ecodiseño, ya que destaca la desigual adaptación e inspección en los diferentes estados miembros.
El análisis redactado ha detectado, además, un posible riesgo en las pymes, ya que estas tienen menor capacidad para cumplir el reglamento marcado por la Directiva de Ecodiseño europea.
Directiva de Ecodiseño
La Directiva de Ecodiseño europea surge con el objetivo de armonizar a escala comunitaria los requisitos de diseño ecológico para todos los productos relacionados con la energía. Establece un marco de requisitos de ecodiseño, aplicables a dichos productos (Energy related Products, ErP) por representar una gran proporción del consumo de recursos naturales y de energía en la Unión Europea y tener otros impactos importantes en el medio ambiente. En caso de no cumplir estos requisitos, los productos no pueden obtener el marcado CE y, por lo tanto, es imposible su venta dentro de la Comunidad Europea.