Preocuparse por el medio ambiente ya no es una excepción, sino que se va constituyendo en una norma para cualquier actividad industrial. El sector del poliestireno expandido es uno de los que más ha demostrado su deseo de avanzar en la evaluación de los impactos en el medio ambiente por parte de sus productos, consciente de que sólo si se conocen los efectos ambientales de un determinado material, se podrá cumplir con el compromiso de mantener y conservar el entorno.
Con este fin, se han redactado las Declaraciones Ambientales de Producto (DAP) de los productos de EPS más utilizados en construcción. Las DAP permiten conocer toda la información acerca del impacto ambiental de un producto, y a su vez, que estos impactos se incluyan en el estudio de la edificación en su conjunto teniendo en cuenta las diferentes etapas de su vida útil.
Desde un punto de vista ecológico, este conocimiento es esencial para comparar la conveniencia de usar uno u otro material de construcción. Raquel López de la Banda, directora de ANAPE, manifiesta que “las Declaraciones Ambientales se realizan para ver cómo afecta un determinado material al ambiente, y se desarrollan con un enfoque integrador para lograr un análisis completo de todo el ciclo de vida del producto, desde su fabricación y transporte, pasando por su instalación y uso, hasta la etapa de mantenimiento, tratamiento y/o eliminación de los residuos cuando su vida útil llega a su fin. Sólo de esta manera se podrá saber con exactitud el impacto ambiental de un producto”.
El interés de ANAPE por la salud del entorno le ha llevado a elaborar voluntariamente un Análisis del Ciclo de Vida de los productos de EPS más utilizados, ya que por el momento no existe obligatoriedad. “La información que ANAPE proporciona es una información totalmente detallada y cuantificada sobre los impactos sobre el medio ambiente del EPS utilizado en construcción”, señala Raquel López, recalcando que “el análisis es completo y sobre una estricta base científica que brinda datos objetivos sobre las emisiones de gases efecto invernadero, y de todo elemento relacionado con el poliestireno que llega al aire, al suelo y al agua durante la etapa de uso del producto”.
Aunque de momento no reviste obligación, las Declaraciones Ambientales se realizan bajo las prescripciones de las normas internacionales ISO sobre Análisis de Ciclo de Vida (ACV) 14.040 y 14.044, y más concretamente por la norma ISO 14.025, en la que se especifican los requisitos y usos de una Declaración Ambiental de Producto. Específicamente en el mundo de los productos de construcción, se cuenta con la norma europea UNE 15.840 que establece cómo deben elaborarse las Reglas de Categoría de Producto para la elaboración de una Declaración Ambiental de Productos y servicios de construcción.
“En ANAPE consideramos que todos los pasos señalados para realizar una DAP constituyen una excelente herramienta que nos guía en el camino para alcanzar la sostenibilidad, y que brindan al conjunto de la sociedad la garantía de que nuestras evaluaciones son absolutamente fiables. Por eso seguimos estos pasos escrupulosamente”, indica la directora de ANAPE.
A la vanguardia del cuidado ambiental, la industria del EPS ha optado por la elaboración de unas DAP sectoriales a través de su asociación europea EUMEPS (fabricantes europeos de poliestireno expandido), de cara a realizar una primera aproximación sobre cuál es la huella ambiental de los productos en un edificio. En estas Declaraciones Ambientales se pone mucha atención a los impactos que pueden resultar del proceso de producción de la materia prima, aclarando que el transporte tiene una incidencia muy baja.
Hasta ahora son siete las DAP realizadas, al ser siete los productos más representativos y utilizados en construcción: cinco de EPS blanco (uno de ellos moldeado), y dos de EPS gris (de baja conductividad), todos ellos con retardante de llama.
Actualmente, las DAP suponen un gran valor añadido para las empresas del sector del poliestireno expandido, al poner a su disposición un instrumento diferenciador en lo que respecta a su comportamiento ambiental. La certificación de la huella ambiental que dejan sus productos es un documento que adquiere cada vez más importancia y día que pasa es más exigido por los consumidores, quienes en número creciente optan por realizar una compra “verde”. Por ello, el beneficio de las DAP de los productos de poliestireno es mutuo. Por un lado, las empresas consiguen un instrumento interno de ordenación y control de sus actividades de producción que les permite obtener productos cada vez más eco-eficientes, lo que comercialmente hablando añade un importante valor añadido. Por el otro, los consumidores gozan de información clara y precisa sobre el impacto ambiental de los materiales que utilizan, y pueden así optar por aquellos que respondan a sus expectativas de cuidado ecológico.
“Además”, indica Raquel López, “las Declaraciones Ambientales han conseguido crear un punto de encuentro entre las empresas y los usuarios, algo que siempre se ha echado en falta. De este modo se afianza un objetivo común: la preservación de nuestro entorno. La relación entre unos y otros ya no se basa solamente en vender o comprar, sino en hacerlo con responsabilidad para beneficiarnos todos. Como nunca, apostar por el cuidado ambiental es una apuesta ganadora que hace la diferencia”.