Como asociación comercial representante de una de las mayores industrias exportadoras de madera de frondosas del mundo, la American Hardwood Export Council (AHEC) tiene un considerable interés en erradicar el comercio de madera ilegal. Que los productos competidores de orígenes ilícitos no menoscaben en los mercados mundiales el valor y la reputación de los productos aprovechados legalmente es una de las principales preocupaciones de AHEC.
Por esta razón, AHEC fue un importante apoyo, como miembro de la U.S. Hardwood Federation, de la Enmienda a la Ley Lacey estadounidense de mayo de 2008. Ésta convierte en delito poseer, dentro de los EE.UU., cualquier planta (excluidas las cosechas agrícolas pero incluyendo la madera y los productos derivados) "aprovechada, poseída, transportada o vendida" violando cualquier ley extranjera o estatal aplicable.
AHEC también ha estado involucrada estrechamente, y apoya plenamente, los esfuerzos de la Unión Europea para hacer cumplir, a partir del 3 de marzo de 2013, el Reglamento europeo de la madera (EUTR – EU Timber Regulation). Este reglamento impone requisitos obligatorios a las empresas que “ponen por vez primera” productos forestales en el mercado de la UE, para que implanten un “sistema de diligencia debida” para minimizar el riesgo de entrada de madera ilegal en la UE. Las empresas que no puedan demostrar diligencia debida o que se encuentre que han puesto en el mercado de la UE madera aprovechada ilegalmente, están sujetas a sanciones legales.
Enfoque basado en el riesgo para la gestión de la cadena de suministro
Un punto fuerte esencial de EUTR es que, aunque establece duras sanciones por incumplimientos en la diligencia debida, es flexible en los mecanismos mediante los que se puede demostrar la legalidad. Esto responde a la realidad existente de complejas cadenas internacionales de suministro y a sistemas reglamentarios muy variables en los países que suministran madera.
Ni EUTR impone nuevos controles innecesarios a los proveedores en regiones donde el marco legal existente es efectivo, ni la ley exige que las autoridades reguladoras europeas capturen o controlen las partidas individuales para asegurarse que son legales. En su lugar incide en asegurar que las empresas importadoras de madera de la UE tienen sistemas de gestión efectivos para reducir el comercio de madera ilegal. Haciéndolo así, amplían los sistemas de diligencia debida existentes que han sido aplicados por los comerciantes europeos responsables a lo largo de muchos años.
EUTR exige que el importador de la UE pueda identificar, para cada grupo de producto, el "país de aprovechamiento y, donde proceda, la región y la concesión del aprovechamiento". La información sobre el origen, más allá del país de aprovechamiento, solamente se exige en aquellas circunstancias en las que el importador de la UE considera que el riesgo de aprovechamiento ilegal varía entre regiones o entre concesiones dentro de esas regiones. Según EUTR, el sistema de diligencia debida del importador debe "proporcionar acceso a documentos u otra información que indique que esa madera o esos productos de madera cumplen la legislación aplicable". No se establecen requisitos específicos para los tipos de documentos u otra información más apropiada que se use para cumplir esta obligación. No obstante, deben ser de la calidad, credibilidad y alcance apropiados para permitir al importador de la UE determinar que un producto de madera tiene un riesgo despreciable respecto al suministro ilegal.
El Registro Mundial de Riesgos de FSC, utilizando el estudio Seneca Creek junto con análisis recientes de datos de otras fuentes tales como el Índice de Percepción de la Corrupción para la Transparencia Internacional, concluye que Estados Unidos tiene un riesgo bajo en todas y cada una de las 4 categorías sobre legalidad establecidos por FSC para la Madera Controlada. Esta conclusión está siendo actualmente revisada como parte del proceso en marcha en Estados Unidos para obtener una Evaluación Nacional de Riesgos para la Madera Controlada FSC.
EUTR es una oportunidad para que la industria de la madera se mueva más allá de la publicidad negativa que rodea la tala ilegal y realice esfuerzos de comunicación más proactivos que demuestren las sólidas credenciales medioambientales de la madera, en comparación con los materiales distintos de la madera.