El Ente Vasco de la Energía ha realizado un estudio sobre la utilización de la energía en el sector doméstico de Euskadi, sector clave en el contexto energético actual. El consumo doméstico supone un 8% de la demanda energética vasca y el 15% de la factura, es decir, unos 856 millones de euros.
La evolución de los hábitos de vida y de consumo de la sociedad vasca está favoreciendo el aumento del consumo energético de las viviendas, a pesar de las mejoras en la eficiencia energética. De cara a contrarrestar este aumento del consumo, desde la Administración se destinan ayudas a la renovación de las viviendas (rehabilitación, cambio de ventanas o de electrodomésticos), se adapta la normativa para que los edificios nuevos o rehabilitados sean más eficientes y se realizan diferentes campañas de concienciación para un uso más racional de la energía.
El estudio analiza estos parámetros de cara a obtener una descripción detallada del sector residencial vasco. Cabría destacar el importante avance de los electrodomésticos más eficientes y un consumo muy presente y a menudo desconocido, como es el standby, que puede llegar a representar el 7% del consumo eléctrico de una vivienda.
En cuanto a los tipos de energía empleados, el gas natural se ha ido introduciendo progresivamente en el consumo doméstico hasta llegar a ser el principal combustible utilizado. En 2011, el consumo medio anual de gas natural por vivienda en Euskadi fue de 5.930 kWh, mientras que el de electricidad fue de 3.370 kWh. Otras energías menos empleadas son el gasóleo y los GLP. En el conjunto de todas las energías, una vivienda vasca consume al año el equivalente a 0,69 toneladas de petróleo. En lo que a las energías renovables se refiere, su uso en la vivienda está cada vez más extendido, aunque todavía sólo supone el 5,3% del total.
La antigüedad de la vivienda es un factor clave en la pérdida de energía en forma de calor. Existe un potencial global de reducción del 40% del consumo en calefacción por mejoras estructurales reformando toda vivienda anterior a 2007.
El futuro del sector residencial se encuentra estrechamente ligado a la eficiencia energética de edificios. La pendiente trasposición a la legislación española de la Directiva europea de 2002/91/CE sobre el certificado energético en viviendas exigiría que todos los edificios existentes, cuando se vendan o se arrienden, dispongan obligatoriamente de un certificado de eficiencia energética. Un hito destacable en la evolución del consumo de energía en viviendas será la aplicación de la Directiva 2010/31/EU, relativa a la eficiencia energética de los edificios, que introduce el concepto de “Edificios de consumo de energía casi nulo”. Es decir, edificios de muy alta eficiencia, cuya necesidad de energía es cubierta, en su mayor parte, por fuentes renovables de energía.
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