Edificio Sostenible MRW

El edificio está ubicado en el nº 167 de la Gran Vía de Hospitalet de Llobregat en Barcelona en un solar anteriormente ocupado por la antigua nave sede de MRW. Está situado entre dos parcelas edificadas en el límite de los polígonos industriales Gran Via Sur y Pedrosa, en un entorno poco sugerente en cuanto a preexistencias tanto arquitectónicas como topográficas.

El edificio se plantea como un volumen limpio apoyado sobre un basamento de cota 1,20m, que ocupa el 100% de la zona de actuación y que da cabida, con una única planta sótano, al máximo número de plazas de aparcamiento en cubierto. La superficie total construida es de 6.600m².

El edificio de oficinas consta de un sótano, planta baja, cuatro plantas y una bajo cubierta. Esta diseñado para un máximo de 226 empleados a tiempo completo. Dotado de espacios de oficinas y áreas para los empleados, aparcamiento, aparcabicicletas.

Los arquitectos, Frederic y Silvia Crespo Nomen, planearon el volumen del edificio para responder, por un lado a la necesidad de obtener la máxima superficie en planta con un único núcleo de accesos y, por otro, a dar cumplimiento a las necesidades de la empresa de obtener la máxima flexibilidad en cuanto a distribución interior; la imagen corporativa resulta potente.

El edificio proyectado pretende reflejar, a través de su diseño, los principales valores de MRW en cuanto a su Responsabilidad Social: transparencia, eficiencia y compromiso. Por tanto las premisas de las que partió el estudio de arquitectura para realizar el proyecto se concretan de este modo:

Así pues, el edificio se configura como un espacio diáfano alrededor de un bloque central que contiene el patio, el núcleo de comunicación vertical y los servicios. Ésta solución permite que la zona útil de oficinas se desarrolle siempre en contacto directo con la fachada, aprovechando al máximo, la luz natural exterior.

Las fachadas disponen de una doble piel de vidrio. La piel interior tiene oberturas practicables desde el interior de las plantas. Las lamas de aluminio y mimbre componen la piel exterior. Están controladas a través de un actuador solar que permite regular el asoleamiento interior. El elemento que une las dos pieles es una pieza prefabricada de hormigón anclada a la estructura principal del edificio y que soporta el elemento pivotante de las lamas al mismo tiempo que permite una fácil limpieza de la cara exterior de los vidrios.

La cubierta en las zonas no ocupadas por maquinaria técnica, es ajardinada resuelta con un sistema intemper TF ecológico aljibe. que incorpora 15 especies distintas de plantas autóctonas.

Reducción de la demanda y consumo energético

Con todas estas medidas se ha llegado a una demanda energética total de: 120,7 (kWh/ m2 año) . 1.655 MWh/año en total.

Reducción del impacto ambiental asociado a los materiales y a la fase de construcción

La estrategia constructiva de todo el edificio estaba muy vinculada al corto plazo disponible para la ejecución de la obra (10 meses en total) y al presupuesto del cliente. En primer lugar se plantea, dadas las características del terreno, en minimizar la excavación y la estructura bajo rasante, ejecutando únicamente una planta semisótano destinada a aparcamiento.

En segundo lugar se proyecta una estructura tradicional de pilares y forjados reticulares, llevándose al límite con luces de 9x9m con la finalidad de conseguir plantas diáfanas libres de pilares.

En cuanto al cerramiento de las fachadas, se diseña un sistema prefabricado de tal manera que su montaje sea el más rápido posible y no interfiera con la ejecución del resto de la obra. Así pues, una vez terminada la estructura, se proceden a colocar las viseras de todas las plantas piso realizadas con piezas prefabricadas de hormigón armado, ancladas a la estructura principal.

A continuación se ejecutan los cerramientos de vidrio y finalmente el montaje de la piel exterior formada por las lamas de aluminio micro-perforada, alternadas con las de mimbre.

A parte del sistema constructivo que se intentó hacer uso de elementos prefabricados, también se buscaron utilizar materiales resistentes que requirieran de poco mantenimiento. Por último y para cumplir con los requisitos de la certificación Breeam, se escogieron materiales que dispusieran de certificaciones ambientales homologadas (ISO14000, DAP, etc.) como en los revestimientos de suelo y aislamientos.

Reducción de la demanda de agua

Con el objetivo de reducir el consumo de agua de la red, se tuvieron en cuenta diversas estrategias:

Con estos sistemas se hizo una estimación de captación de agua de 490,00m3, y un ahorro energético en la red de suministro de agua del 68%. La demanda prevista de agua del edificio es de 726 m3por año.

Calificación Medioambiental y Certificación Energética

El edificio cuenta con una clasificación energética A, obtenida gracias al estudio detallado del aislamiento de la piel envolvente, el control de la insolación de la fachada mediante lamas verticales motorizadas y el conjunto de instalaciones de alto rendimiento mediante sistemas de inducción y recuperación de energía de alta eficiencia.

Adicionalmente tiene la Certificación Breeam clase Excelente, obtenida tanto por los sistemas de energía del edificio como también por la gestión de los materiales de la obra, la reutilización de aguas grises y las prestaciones de confort visual, acústico y térmico que se proporciona a los ocupantes del edificio.

Fotografía: Manuel Girón

 
 
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