El desarrollo de la legislación europea relacionada con la eficiencia energética en edificios puede ser una gran oportunidad para España si se lleva a cabo de forma decidida. Esta es una de las conclusiones de la reunión de trabajo sobre el desarrollo de la Directiva de Eficiencia Energética en Edificios (EPBD) y la Directiva de Eficiencia Energética (EED), organizada en Madrid por la entidad española GTR y la europea EuroACE, que engloba a las principales empresas del continente que tienen que ver con la envolvente y los sistemas de los edificios.
“Queremos estimular el diálogo en España entre los diferentes stakeholders de este sector”, incidió Adrian Joyce, secretario general de EuroACE, que subrayó las muchas ventajas ambientales y económicas de aspectos como la mejora de la eficiencia de las viviendas ya construidas, la certificación energética y los edificios de consumo de energía casi nulo (nZEB). “Estas directivas son complejas, pero cuánto más ambiciosa sea su implementación mayores serán sus beneficios”, aseguró en esta jornada celebrada en el Instituto de la Construcción Eduardo Torroja (CSIC) a la que asistieron, además de empresas asociadas a EuroACE, representantes del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, del Ministerio de Fomento, de la Confederación Nacional de la Construcción, de la Asociación de Empresas de Servicios Energéticos, del Banco Santander, de SEOPAN, de Green Building Council España, de la Fundación La Casa que Ahorra o de Danfoss, así como de organizaciones de consumidores y ONGs.
El encuentro estaba organizado por el Grupo de Trabajo de Rehabilitación (GTR), cuyo representante, Peter Sweatman, expuso la hoja de ruta elaborada por esta organización independiente de expertos españoles para reconvertir por completo el sector de la vivienda en el país. Según explicó, el segundo informe del GTR de 2012 considera que la reforma profunda de 10 millones de viviendas en España hasta 2050 –para reducir su gasto de calefacción un 80% y cubrir un 60% de las necesidades de agua caliente– puede generar unos 130.000 empleos nuevos en una primera fase de aquí a 2020. Asimismo, estimó en 2 millones las casas más superineficientes sobre las que habría que empezar a actuar.
Por su parte, Clemens Haury, representante de la Dirección General de Energía de la Comisión Europea, admitió que “la situación defiere muchos entre los países miembros” y que “siguen existiendo importantes barreras para avanzar en eficiencia energética en edificios”. No obstante, según incidió, “la mayoría de los países están moviéndose en la dirección correcta”. Además, recalcó la existencia de importantes previsiones de fondos en la UE para invertir en estas áreas. En concreto, 17.000 millones de euros para eficiencia energética y 7.000 millones para investigación.
En lo que respecta a las barreras en España para avanzar en eficiencia energética, Rafael Herrero, presidente de la Asociación de Empresas de Servicios Energéticos (Anese) subrayó la gran distancia existente entre los técnicos que trabajan en estas directivas y los consumidores. “Los consumidores no entienden nada de esto, esta es la realidad”. Asimismo, una de las principales cuestiones a resolver es la de la financiación. “España debe conseguir implicar al sector privado como ya se está haciendo en otros países”, indicó Joyce, que destacó la especial “pertinencia” de este tipo de medidas en España. “El sector de la eficiencia en la construcción es uno de los que tiene un mayor potencial de creación de empleo”, recalcó el secretario general de EuroACE.