Andalucía ocupa la primera posición nacional en consumo de biomasa para generación de energía térmica (calor), según datos de la Agencia Andaluza de la Energía. Desde 2009 hasta abril de 2013, la Administración andaluza ha incentivado con 36,3 millones un total de 19.602 proyectos de este tipo, que han supuesto una inversión de 81,1 millones de euros.
De los proyectos incentivados, el 96% corresponde a estufas de pellets, calderas y chimeneas tecnológicas solicitadas por el sector doméstico y residencial. El resto, 527 proyectos, son calderas y estufas de biomasa solicitadas por empresas, y 158 actuaciones han sido solicitadas por diversas administraciones e instituciones.
En Andalucía hay una gran tradición de uso térmico de la biomasa en el sector industrial, por la existencia de industrias de aceite de oliva y por el sector agroalimentario, que son quienes aportan fuentes de biomasa como orujillo, hueso de aceituna y cáscaras de frutos secos, principalmente.
Para el director general de la Agencia Andaluza de la Energía, Rafael Márquez, la biomasa "es una de las principales fuentes renovables en Andalucía y con mayores posibilidades de incrementar su desarrollo, siendo la que más aporta a la estructura de la demanda energética andaluza, con más del 52% del aporte total renovable".
En 2012, el consumo de la biomasa en el sector industrial ha sido del 54%; seguido del residencial, con un 36%; un 7% en el sector de servicios y el 3% restante en el sector primario.
Ejemplo de proyectos incentivados
Como ejemplo de las instalaciones de biomasa térmica subvencionadas desde la Agencia Andaluza de la Energía al amparo del Programa de Subvenciones para el Desarrollo Energético de Andalucía, Andalucía A+, destaca la ayuda concedida por importe de 80.500 euros a una pyme (pequeña y mediana empresa) emplazada en el municipio de Chiclana de la Frontera (Cádiz) para la instalación de una caldera de biomasa de 4.800 kW de potencia que emplea orujillo como combustible. Se estima que esta instalación, que requiere una inversión superior a los 400.000 euros, le supondrá un ahorro económico anual de aproximadamente 240.000 euros.
Otra de las aplicaciones de las calderas de biomasa es su empleo para la climatización de piscinas. El ayuntamiento gaditano de Chipiona ha instalado una caldera de biomasa de 500 kW y un silo de combustible en su piscina municipal cubierta climatizada, que le ha supuesto una inversión de más de 230.000 euros y ha contado con una subvención cercana a los 75.000 euros.
Un ejemplo calderas de biomasa centralizadas en comunidades de vecinos es la subvención concedida a una comunidad de vecinos de la localidad jienense de Villacarrillo, por importe de 6.590 euros, para una caldera de biomasa con tolva integrada de 100 kW. Esta instalación, con una inversión aproximada de 20.000 euros, supone para la comunidad de vecinos un ahorro anual estimado de 7.100 euros respecto a la caldera de gasóleo que utilizaban.
Biomasa eléctrica
Andalucía también es líder en biomasa eléctrica. La región cuenta una potencia total de 257,48 megavatios distribuidos en 18 plantas, con capacidad para abastecer el equivalente al consumo eléctrico de 391.100 viviendas. Esto supone el 39% de la potencia instalada en España con esta fuente renovable.
A esto se suma la energía que aportan las 16 plantas de aprovechamiento del gas de vertedero (biogás), que en los últimos años están proliferando en Andalucía, con una potencia eléctrica total instalada de más de 26 MW.
En el marco también de la biomasa, la comunidad andaluza es la primera en capacidad de producción de biocarburantes. Según datos de la Agencia Andaluza de la Energía, dispone de 11 plantas finalizadas, con una capacidad instalada de 836,60 kilotoneladas equivalentes de petróleo al año.
En Andalucía se contabilizan 94 biogasolineras que, además de los combustibles tradicionales, disponen también de surtidores de biodiesel. El listado de las mismas puede encontrarse en el Mapa de Biocarburantes y Combustibles limpios de la Agencia Andaluza de la Energía.