Los consejeros de Economía y Empleo, Tomás Villanueva, y Fomento y Medio Ambiente de Castilla y León, Antonio Silván, visitaron la VIII Edición de la Feria Expobioenergía, con más de 19.500 metros cuadrados de exposición y con representación de 444 empresas de 19 países de todo el mundo, espera la presencia de 18.000 profesionales.
El sector de la bioenergía en Castilla y León sigue creciendo ya que en el último año el empleo se ha incrementado un 25 % al superar los 1.500 trabajadores. Además, el sector ha experimentado un destacado crecimiento en la potencia instalada de un 46 % en 2012 sobre el año anterior, y de un 78 % en 2013, previendo para este año los 485 megavatios.
La Comunidad cuenta ya con cerca de 4.400 instalaciones de bioenergía para la producción de electricidad, energía térmica y la generación de biocombustibles y ocupa el segundo puesto en el ranking, por detrás de Andalucía, en producción de biomasa térmica, triplicando la potencia acumulada respecto a la siguiente en la tabla, Cataluña. El incremento ha sido constante tanto en el número de instalaciones, como en la potencia acumulada y en todos los sectores (industria, agroganadería, ocio, edificios públicos…). Destaca el incremento en el número de instalaciones en bloques de viviendas (79 bloques de viviendas y cerca de 30 MWt (megavatios térmicos de potencia), representando casi un 40 % de la potencia instalada en el ámbito doméstico en el conjunto de España y previéndose un aumento con la nueva normativa de Calificación Energética de los Edificios.
Castilla y León ocupa el séptimo puesto en el conjunto nacional en generación eléctrica con 12 instalaciones y una potencia de 25 MWe (megavatios eléctricos): 2 plantas de biomasa sólida en Soria y Briviesca (20 MWe) y 10 plantas de biogás asociadas a los CTR (5 MWe). Esta producción se verá notablemente incrementada en los próximos meses con el inicio de actividad de la planta de Gestamp en la Ciudad del Medio Ambiente (17 MWe).En cuanto a la producción de pelets y astilla como combustible, la capacidad de producción asciende a 200.000 toneladas al año, lo cual excede la capacidad de consumo en la Comunidad, lo que hace que las empresas vendan fuera de Castilla y León e incluso exporten. Además, están implantadas en la comunidad 5 plantas (1 bioetanol + 4 biodiesel) para generar biocarburantes.
Castilla y León se sitúa en los primeros puestos, el quinto a nivel nacional, respecto al número de municipios que cuentan con al menos una instalación de biomasa -cerca del 37 % (830) de los municipios de Castilla y León- y fundamentalmente en edificios y dependencias públicas (administrativos, colegios, residencias, instalaciones deportivas, etc.).
Es más, Castilla y León es un referente en el sector de la Bioenergía por su enorme potencial ya que es la mayor comunidad autónoma en superficie agrícola con 47 % y forestal 51 % con una disponibilidad de materia prima (residuos agrícolas y forestales) susceptible de ser destinada a fines energéticos y que superan los 70 millones de toneladas de biomasa al año.
Un plan para reducir la dependencia energética y generar empleo
La Comunidad es la única de España en contar con un Plan Específico de Bioenergía y en Europa sólo 13 estados y 10 regiones (de un total de 271) cuentan con un plan semejante. El Plan de Bioenergía prevé impulsar el consumo energético de biomasa hasta alcanzar el objetivo de que el 8 % del consumo energético de Castilla y León se cubra con biomasa (actualmente es de un 2 %).
El plan contempla el impulso del aprovechamiento energético de la biomasa como estrategia energética, medioambiental, de desarrollo rural y generador de empleo. Este plan impulsa el aprovechamiento de la riqueza agrícola y forestal y permite a la Comunidad posicionarse como región líder en un sector industrial incipiente impulsando el establecimiento de fábricas de pelets; de calderas; como centro de formación de instaladores… Además, en cuánto fuente de energía rentable y eficiente, reporta indudables beneficios socioeconómicos, tanto en la generación de actividad, riqueza y empleo tanto en el sector primario de obtención de materias primas como en el sector de empresas de servicios energéticos.
El plan tiene en cuenta además el ahorro y la eficiencia energética. Consigue un ahorro en la factura energética, lo que redunda en reducción de consumos y de costes para familias, empresas e instituciones. Se trata de una fuente de energía limpia, renovable, que reporta indudables beneficios energéticos y medioambientales. Es, además, un complemento a las energías tradicionales y una alternativa a los inconvenientes de contaminación, dependencia, suministro y encarecimiento de éstas. Todo ello sin contar que permite reducir la dependencia respecto a los recursos fósiles ya que la Comunidad cuenta con materia prima suficiente para producirla.
La Junta de Castilla y León ha interrelacionado distintos instrumentos para mejorar la efectividad de estas políticas. Por una parte desde el Plan de Bioenergía que prevé que al menos un tercio de la biomasa a movilizar sea biomasa forestal, procedente tanto del monte como de la industria de la madera; por otra, a través del Programa de Movilización de Recursos Forestales, para optimizar el aprovechamiento energético de la biomasa forestal mediante el incremento de la oferta de los aprovechamientos de biomasa, la adaptación de los modelos de gestión forestal y mediante la promoción y difusión del uso de biomasa en los ámbitos domésticos e industriales. Ello permite un incremento de la superficie intervenida con valorización energética.
Programa para la implantación de calderas de biomasa en edificios públicos
Con una inversión superior a 58 millones de euros y más de 200 actuaciones se fundamenta en la sustitución de calderas de gasoil por calderas de biomasa en centros públicos sanitarios, educativos y de servicios sociales, fundamentalmente del medio rural, centros de la Junta de Castilla y León, y en colaboración con universidades y ayuntamientos para conseguir un importante ahorro en el gasto corriente de estos centros (entre un 20 % y un 30 % en costes de combustibles) y servir de acción demostrativa de las posibilidades de la biomasa.
Ya se han ejecutado los proyectos del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León; el Instituto de Educación Secundaria en Roa de Duero; el CEIP Pedro I, de Tordesillas; o el Centro de Salud en Medina de Rioseco. Próximamente se ejecutarán las mejoras red de calor en Cuéllar (Segovia), la red de calor del Campus de la Universidad de Valladolid, el complejo CHF y la residencia Virgen del Camino dependientes del ayuntamiento de León; el CEIP Juan de Arrabal y el polideportivo en el Barco de Ávila; otros 10 centros dependientes del Ayuntamiento de Palencia, además de una residencia en Fuentes Blancas, en Burgos.
La biomasa, un sector estratégico para Castilla y León
El 51 % de la superficie de Castilla y León es forestal, 4,8 millones de hectáreas, con 1,92 hectáreas forestales por habitante, mejor ratio que el conjunto de España (0,60), la UE (0,35) y el global mundial (0,77). Castilla y León es hoy un territorio más forestal que Canadá, Estados Unidos, Francia o Alemania, muy por encima de la media mundial y europea.
En los últimos 30 años los terrenos arbolados han crecido en un millón de hectáreas, pasando de 1,9 a 3 millones de hectáreas. La madera acumulada en los montes ha pasado de 63 millones de metros cúbicos a 154 millones de metros cúbicos, lo que representa un incremento del 144 %. Todos los residuos forestales fruto de las limpias y los desbroces son susceptibles de transformarse en combustible. La biomasa es la materia orgánica que, originada en un proceso biológico natural o provocado, se utiliza como fuente de energía. Generalmente esta materia procede de residuos agrícolas (paja) y podas de frutales, materia prima forestal, restos de industrias de madera (serrín, astillas) y cultivos energéticos (girasol, cardo). Se utiliza como fuente de energía de calor, frío, electricidad o transporte. Para facilitar su uso se transforma en biocombustible sólido (pellets, briquetas o astillas); líquido (biodiesel o bioetanol); o gases (biogás).
El desarrollo de la biomasa aprovecha los recursos locales, lo que permite la creación de empleo en el medio rural y, por tanto, fijar población. Una alternativa para dinamizar el sector agrario, ya que los cultivos energéticos utilizados en la producción de biocombustibles y biocarburantes constituyen una alternativa de futuro para el campo y para el mantenimiento de empresas forestales.
La producción y consumo de bioenergía contribuye al cumplimiento con el protocolo de Kyoto al respetar el equilibrio natural de la atmósfera, reduce el efecto invernadero porque durante su combustión sólo libera la cantidad de CO2 captada por la planta durante su crecimiento, conlleva la limpieza y conservación de nuestros bosques previniendo el riesgo de incendios forestales, reduce la dependencia de recursos fósiles ya que contamos con la materia prima para producirla, y fija población en el medio rural generando empleo. Además, los cultivos energéticos biocombustibles son una alternativa de futuro para el campo.