36.000 m2 de techos Armstrong en la nueva Ciudad de la Justicia de Zaragoza.

Geométricamente dinámica, pero altamente funcional. Así es la nueva Ciudad de la Justicia de Zaragoza. Un ejemplo arquitectónico de renovación de un espacio destinado inicialmente a un uso expositivo temporal, para convertirlo en un equipamiento necesario en una ciudad en movimiento como la capital aragonesa. Un amplio equipo de arquitectos, entre los que figura el Estudio Lamela, ha intervenido en el desarrollo del proyecto de reconversión del complejo. El diseño acústico de los espacios no ha sido imparcial en su planteamiento y se ha resuelto con soluciones acústicas de Armstrong.

La nueva Ciudad de la Justicia de Zaragoza concentra en un solo espacio los 62 juzgados que hasta ahora estaban dispersos en cinco puntos distintos de la capital aragonesa. Para ello, se han aprovechado las estructuras e instalaciones construidas con motivo de la Exposición Internacional de Zaragoza 2008. El nuevo complejo judicial tiene una superficie de total de 65.000 metros cuadrados, repartidos en dos edificios: Fueros de Aragón, de mayor dimensión, y Vidal de Canellas.

La Ciudad de la Justicia de Zaragoza se identifica visualmente por una gran cubierta de hormigón armado, su fachada acristalada continua y, especialmente, por sus lamas exteriores. Prefabricadas en taller en aluminio y acero, las lamas tienen 8 metros de longitud y se han lacado en diferentes tonos de azul. Estas piezas no responden únicamente a un criterio estético; también son un elemento de protección y control solar. Estos elementos exteriores aportan singularidad al complejo, a la vez que continúa la línea estética ya iniciada en el parque empresarial próximo denominado Dinamiza.

La acústica en la arquitectura judicial

El estudio de arquitectura Lamela, en el momento de desarrollar el proyecto básico y ejecutivo, se encontró con una obra de reconversión de dos edificios donde la estructura era el punto de partida. Para poder ocultar las tripas de las instalaciones, se optó por usar falsos techos. Estos dejan el plenum libre y permiten que pueda ser utilizado al 100% para elementos técnicos como cables o conductos de ventilación. Esta solución constructiva también contribuye a mejorar la calidad acústica de las distintas estancias.

Para el equipo de Lamela, el ruido entre plantas o entre estancias de un edificio genera una sensación de mala construcción que muchas veces se podría resolver con una mínima intervención acústica. Los planteamientos acústicos se desarrollaron especialmente en el vestíbulo o hall, ubicado en el edificio Fueros de Aragón, y en las oficinas, emplazadas en las plantas superiores de todo el complejo.

En el vestíbulo de acceso, se genera el mayor tráfico de personal y los niveles de ruido son elevados. Para controlar la acústica, y facilitar la inteligibilidad entre las personas, se optó por una solución que aportara atenuación acústica como las bandas metálicas perforadas con velo en acero de Armstrong. En longitudes variables –cortadas en ocasiones a medida por la singularidad de la forma del edificio –, las bandas cubren todo el espacio del hall y estancias próximas completamente abiertas. Las bandas ocupan una superficie total de 14.000 m2 y su tonalidad es grisácea (RAL 9006).

Las oficinas son espacios abiertos, flexibles y versátiles, en los que también discurren despachos y salas de reuniones. Dada la geometría especial de los edificios que ocupa la Ciudad de la Justicia de Zaragoza se diseñó un despiece de placas 60×60 cm en toda la zona abierta de la oficina, dejando unas franjas de cartón-yeso en todo el perímetro a modo de regulación. Para estos espacios de trabajo, se optó por un techo compuesto por placas registrables microperforadas Metal Lay-In MicroLook 8 de Armstrong.

Los techos metálicos de Armstrong son una completa solución acústica puesto que sus cualidades técnicas facilitan el control de la absorción y la reducción del ruido para mejorar la claridad en las conversaciones (inteligibilidad), fomentan la concentración de los usuarios en espacios donde conviven muy diferentes actividades, y posibilitan la atenuación acústica, con la finalidad de garantizar la privacidad de las conversaciones (confidencialidad). El acabado en color blanco de estas amplias superficies en el techo permite también reflejar la luz natural y artificial hasta en un 85% mejorando la iluminación general de estos espacios y contribuyendo al ahorro energético, al confort de los usuarios y al incremento de productividad.

 
 
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