La nanotecnología puede encontrar soluciones a diversos problemas a los que se enfrenta la humanidad actualmente en ámbitos como la salud, las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) o la energía. Amador Menéndez, investigador del Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias (ITMA) y colaborador del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), habló de estas aplicaciones en la charla Nanotecnología: una revolución en miniatura, que impartió esta semana en el Museo de la Ciencia de Valladolid en el marco del ciclo Martes de otoño con Ciencia.
Como ha explicado Menéndez a DiCYT, en el campo de la salud humana la nanotecnología puede contribuir “a detectar enfermedades en los estadíos iniciales, a curarlas de una forma más efectiva o también al desarrollo de nuevos tipos de prótesis como por ejemplo las prótesis inteligentes”.
En relación a las TIC y la robótica, gracias a la nanotecnología pueden originarse nuevos prototipos de coches auto conducidos, es decir, “coches que son capaces de circular sin conductor o en los que el conductor es un pasajero más, y que supondrá no solo un ahorro de tiempo para el usuario, también una mayor seguridad en la conducción”, asegura, prototipos en los que trabaja el MIT y también diferentes laboratorios del mundo.
En el ámbito de la energía y el cambio climático, en el que trabaja el investigador del ITMA y del MIT, “tenemos el problema actual de la crisis energética, consecuencia de una dependencia excesiva de los combustibles fósiles como el petróleo, y esa crisis energética está dando lugar al calentamiento global y en cierto modo también a la crisis económica”, señala.
A su juicio, una de las alternativas más interesantes a los combustibles fósiles es la energía solar. “Aprovechada al cien por cien una sola hora de Sol daría para cubrir todas las demandas energéticas de la humanidad durante todo un año. Las celdas solares antiguas tienen varias limitaciones, como su elevado coste y su baja eficiencia. Nosotros estamos trabajando en unas pinturas que, al aplicarlas en la superficie de una ventana, son capaces de atrapar la luz del Sol, enviarla a los extremos de la ventana y convertirla en electricidad. Son pinturas que convierten a las ventanas de las casas en pequeñas centrales auto eléctricas, lo que supondría una utilización de fuentes de energía limpias y, en el caso ideal, se podría llegar a tener casas autónomas energéticamente”, detalla.
El investigador trabaja también en el tema de los smartphones y la escasa duración de sus baterías. “La batería de un teléfono de hace diez años duraba una semana y ahora dura un día. Nosotros trabajamos en una tecnología que utiliza las pantallas de los móviles para capturar la luz externa, aprovecharla para generar electricidad y que las baterías duren más. Las simulaciones que realizamos indican que podríamos multiplicar por 15 la duración de las baterías y solucionar la dependencia continua del cargador del móvil”, añade Menéndez.
Para lograr todo esto son necesarios nuevos materiales, los nanomateriales. Según el experto, “algunos de ellos presentan muy buenas propiedades, por ejemplo, el capturar la luz del Sol de forma eficiente, y al mismo tiempo son baratos. Lógicamente, para llevar algo al mercado tiene que ser eficiente pero de poco coste”. Como agrega, “todo esto nos va a llevar a un nuevo modelo energético, de forma que tu puedas generar más energía de la que estás consumiendo en tu casa y venderla a la red”.
Durante la conferencia, Amador Menéndez mostrará algunos de los últimos prototipos desarrollados en el Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, como el teléfono móvil que capta la luz externa para aumentar la duración de la batería.