Alrededor de 7.000 LEDs iluminarán de forma homogénea la Capilla Sixtina a partir del próximo año, lo que permitirá mostrar la famosa obra en toda su plenitud. El espectro de color ha sido adaptado con alta precisión a los pigmentos de color de las pinturas de los frescos de Miguel Ángel, sobre una base científica. Por otra parte, se ha prestado especial atención a la dirección de la luz, lo que asegura que la pintura esté uniformemente iluminada y sin deslumbramiento para los visitantes. Las luminarias quedan fuera de la vista del observador, debajo de las ventanas, para garantizar que el flujo de luz vaya en la misma dirección que la luz natural. Hasta ahora, las obras de arte no podían ser contempladas de manera adecuada ya que dependía de la entrada de luz natural, limitada por las restricciones tecnológicas y de conservación.
El aspecto conservacionista, es decir, la protección de las obras de arte, ha jugado un papel muy importante durante la planificación del proyecto: la nueva solución LED es mucho más suave y cuidadosa que todas las formas artificiales de luz alternativas. Con un nivel de iluminación de aproximadamente 50 a 100 lux (previamente era de 5 a 10 lux), se asegura que la técnica puede discernirse claramente, pero ocasionando el mínimo deterioro de las creaciones artísticas.
Además de la calidad de la luz, la nueva solución de Osram también es significativamente más económica que el sistema anterior. Aunque el nivel de iluminación se ha incrementado de forma considerable, el consumo de energía para la iluminación de la Capilla Sixtina se ha reducido en más de un 60%. La razón de esto no es sólo la aplicación de LED de bajo consumo, sino también la minuciosa planificación de la iluminación realizada con gran precisión y aprovechamiento de los efectos lumínicos.