El estudio de los ciclos de vida es el único medio para hacer un análisis científico del impacto de los productos sobre el medio ambiente. ISOVER edita un nuevo manual técnico de sostenibilidad especialmente diseñado para ayudar a comprender toda la información que recopila una Declaración Ambiental de Producto de una forma fácil y sencilla, de acuerdo a los requisitos exigidos en las normas europeas en vigor.
Un completo documento donde se especifica la principal normativa que existe en la actualidad y que incluye una guía práctica para la interpretación de las declaraciones Ambientales de Producto basadas en dicha normativa.
Las declaraciones ambientales tipo III se basan en una verificación independiente de los datos de análisis del ciclo de vida en las que se reflejan los distintos indicadores ambientales para las diferentes categorías de impactos (cambio climático, reducción de la capa de ozono, eutrofización, etc).
Mientras que las prácticas constructivas estándares están guiadas por consideraciones económicas a corto plazo, la construcción sostenible se basa en las mejores prácticas que aúnen calidad y eficacia a largo plazo y a un coste asumible. En cada etapa del ciclo de vida del edificio, se puede aumentar el confort y la calidad de vida, mientras que se disminuye el impacto en el medio ambiente y aumenta la sostenibilidad económica del proyecto.
Un edificio genera varios tipos de costes durante su ciclo de vida: el coste directo de los materiales y de la construcción, los gastos corrientes (reparación y mantenimiento), el costo de la demolición etc, pero también los costes indirectos ligados al medio ambiente (costes de la contaminación) y los costes de uso (por ejemplo el agua, el gas y la electricidad). La reducción de costes a corto plazo no siempre proporciona ahorros óptimos en el largo plazo: por ejemplo la inversión en medidas de eficiencia energética generará ahorros en calefacción y la inversión inicial se recuperará (tiempo del reembolso) entre 5 y 15 años y continuará proporcionando ahorros cada año mientras el edificio siga funcionando. De hecho, la construcción de un edificio sostenible es una de las mejores inversiones que se puede hacer en la actualidad. Debido a la variedad de los retos planteados por la Construcción Sostenible, la evaluación de los edificios y métodos constructivos puede ser muy compleja. Por esta razón, se han desarrollado herramientas para ayudar a medir y poder evaluar los resultados obtenidos en estos edificios.
Un análisis del ciclo de vida (LCA) es una relación de todos los impactos positivos y negativos de un producto en el ambiente. Estos impactos se miden en cada etapa de la vida del producto “de la cuna a la tumba” (es decir, desde la extracción de las materias primas hasta el final del uso del producto y la demolición del edificio), con indicadores ligados a los desperdicios, a las emisiones y el consumo de recursos.
ISOVER apoya el desarrollo del LCA para los productos del aislamiento según los estándares de ISO, con el convencimiento de que es la única manera científica de calcular y comparar los impactos de cualquier producto. Un análisis basado solamente en una parte del ciclo de vida del producto sería tendencioso. Por ejemplo, la fabricación de las lanas de cáñamo usan poca energía durante el proceso de producción pero las fibras del poliéster usadas para entrelazar las fibras de cáñamo tienen un contenido en energía muy alto.
¿Cuál es el mejor material de aislamiento desde el punto de vista ambiental?
Es difícil comparar los distintos materiales de aislamiento, ya que solo se podrían hacer comparaciones directas con dos piezas idénticas de los productos de aislamiento (por ejemplo. 1 m2), con el mismo valor de resistencia térmica (r), instalado de la misma forma, con el mismo uso, siendo la única diferencia el material del que está fabricado. Estos dos productos ahorrarán la misma cantidad de energía para la calefacción y el acondicionamiento a lo largo de su vida. También producirán disminuciones idénticas de emisiones asociadas al CO2. Pero sus consecuencias para el medio ambiente serán diferentes según cómo se hayan fabricado con diversas especificaciones, en diversos lugares, usando una mezcla diversa de recursos. No existe el mejor producto como tal: solamente la comparación individual de LCA’s puede proporcionar una base objetiva para la comparación. Un producto puede ser bueno para ciertos criterios de impacto ambiental y no serlo para otros. Solamente los datos concretos, cuantificados, discutidos y demostrados, pueden proporcionar una comparación creíble.