La Comisión Europea ha adoptado nuevas propuestas para intentar reducir el impacto medioambiental de los edificios nuevos y renovados aumentando la eficiencia de los recursos y mejorando la información disponible sobre la eficiencia energética de los edificios. De estas propuestas cabe esperar:
- Un beneficio para el medio ambiente. Casi la mitad del consumo final de energía de la UE y de los materiales extraídos, y un tercio aproximadamente del consumo de agua, tienen lugar en el marco de la construcción y ocupación de los edificios.
- Un beneficio para el sector de la construcción. El sector europeo de la construcción genera casi un 10 % de su PIB y da trabajo a 20 millones de personas.
- Un beneficio para los ocupantes. Los edificios sostenibles son más económicos a la hora de operarlos y mantenerlos y tienen una repercusión positiva en la salud y el bienestar de sus ocupantes.
Construir, utilizar y derribar edificios es algo que tiene un impacto considerable sobre el medio ambiente. Aunque en los últimos años se han realizado grandes progresos en el campo de la eficiencia energética en la UE, no se dispone de mucha información sobre la eficiencia energética general de los edificios. La investigación ha mostrado que un 79% de las familias europeas desearía que, a la hora de alquilar o adquirir una propiedad, se tuvieron en cuenta los aspectos medioambientales. A pesar de ello, menos de un 1% de los edificios europeos han sido evaluados en este sentido.
Las propuestas proporcionan a arquitectos, fabricantes de productos de la construcción, constructores y a cualquiera que desee alquilar o adquirir un edificio, una mayor información sobre los aspectos medioambientales o sanitarios. El impacto medioambiental de las distintas opciones disponibles al diseñar, construir, utilizar o demoler edificios sería más fácilmente comparable, lo que a su vez constituiría un incentivo para promocionar los edificios sostenibles en toda la UE.
Medidas propuestas
Teniendo esto en cuenta, la Comisión ha creado, en colaboración con las partes interesadas y las autoridades nacionales, un nuevo marco dotado de un número limitado de indicadores que permiten evaluar la eficiencia medioambiental de los edificios. El objetivo es proporcionar un instrumento que tanto los actores del sector privado como las autoridades públicas puedan utilizar en toda Europa. Una consulta pública del año pasado llegó a la conclusión de que un marco de este tipo constituiría un gran paso para impulsar la oferta y la demanda de edificios más respetuosos con el medioambiente.
Del mismo modo, se van a tomar medidas para mejorar de forma directa la eficacia medioambiental de los edificios. Una serie de nuevas propuestas hará más fácil el reciclado en la construcción y la demolición, así como en la reutilización de materiales al construir nuevos edificios o renovar los existentes. Esto significa menos desechos para los vertederos y menos utilización de materiales vírgenes.
Estas iniciativas, junto con las comunicaciones sobre residuos y la economía circular, empleo verde y Plan de acción ecológico para las PYME, que la Comisión publicado esta semana, inauguran una agenda renovada para los próximos años en materia de eficiencia de recursos.
Próximas etapas
La primera serie de indicadores estará disponible en el plazo de dos o tres años. A partir de ahí la información comenzará a recogerse e irá teniendo un impacto gradual en los edificios nuevos y renovados. La Comisión impulsará también el mercado del reciclado de los residuos de la construcción y la demolición gracias a un mayor apoyo a los proyectos de investigación y demostración y a una mayor colaboración con los Estados miembros para hacer más atractivas económicamente las actividades de reciclado.
La iniciativa propuesta presentará diferentes posibilidades de reconocimiento mutuo o de armonización de los distintos métodos de evaluación existentes, posibilidades que permitirán además aumentar la operatividad y la disponibilidad en beneficio de las empresas constructoras, el sector del seguro y los inversores. Este aspecto concuerda con la Estrategia para una competitividad sostenible del sector de la construcción y de sus empresas que establece las medidas que se han de tomar en el período comprendido hasta 2020 en el ámbito de la inversión, el capital humano, los requisitos medioambientales y la regulación y acceso a los mercados.