La Junta de Castilla y León tiene como objetivo reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero, resultantes del aumento del consumo energético en todos los sectores de la actividad económica. Entre estos, el de la edificación (viviendas e inmuebles) representa aproximadamente un 40% de la demanda energética. Con estos niveles de consumo es imprescindible establecer medidas para obtener el mayor ahorro energético y reducir al máximo las emisiones. En Castilla y León se contabilizan 900.000 viviendas con un consumo de energía final del orden del 30% sobre el total de la Comunidad.
Para reducir ese consumo, la Consejería de Economía y Empleo, a través del EREN está impulsando la creación de edificaciones sostenibles, respetuosas con el medio ambiente y que generen menos emisiones de CO2, fomentando para ello la eficiencia energética como un importante elemento para reducir la dependencia del exterior de la Comunidad y para cumplir el objetivo de la Unión Europea de conseguir edificios con un consumo casi nulo en 2020.
La eficiencia en el sector de la construcción y edificación está creando, por otra parte, un nuevo tejido laboral y empresarial en el que los profesionales que desarrollan su actividad en este ámbito se reorientan para certificar energéticamente los edificios y para llevar a cabo las medidas de reforma energética eficiente. La correcta formación en esta materia y la apuesta por aplicar la eficiencia energética no solo en la nueva construcción, sino también en la rehabilitación -ahora más activa que la primera-, es uno de los principales objetivos que se ha marcado la Junta de Castilla y León.
La certificación energética de edificios es una verificación de la calificación energética obtenida por el edificio, con el proyecto y la obra ejecutada, que da lugar a un certificado de eficiencia energética del proyecto del edificio una vez terminado. Un edificio, vivienda o local que vaya a ser vendido o arrendado, tiene también que disponer del correspondiente certificado.
La Junta ha estado trabajando para articular y desarrollar correctamente la certificación energética, por lo que ha modificado el procedimiento de inscripción en el Registro de Certificaciones de Eficiencia Energética de Edificios de Castilla y León (CEREN). El proceso ha supuesto la adaptación del registro para inscribir tanto los certificados de nueva construcción como los existentes en aspectos que abarcan el proyecto de un inmueble, el edificio terminado, sus modificaciones, anulaciones, actualizaciones o renovaciones. Su acceso es exclusivamente telemático mediante una aplicación informática.
Segunda mejor evaluación de los registros de certificación
Desde su creación se mantiene una permanente actividad en el registro de certificaciones, que se gestiona a través de la Dirección General de Energía y Minas y el EREN, informando técnicamente sobre los certificados presentados y asistiendo a los usuarios de las aplicaciones de certificación. Son numerosas las consultas que se atienden diariamente, prueba de la cada vez mayor aceptación de la certificación por parte de los usuarios.
Un estudio realizado por la Asociación de Ciencias Ambientales analiza la información y atención a consultas en materia de certificación energética de edificios ofrecida por las 17 comunidades autónomas y destaca el trabajo de Castilla y León como el segundo mejor valorado, tras el servicio de Navarra.
Desde la puesta en marcha del registro, se han entregado 34.404 certificados con inscripción definitiva en el Registro en el mes julio. Del total de las certificaciones energéticas, 8.125 corresponden a Valladolid, seguida de León con 6.624, y muy de cerca por Salamanca con 6.595. A continuación, figura Burgos que cuenta con 4.359 evaluaciones, Palencia con 2.177, Segovia 1.960, Ávila 1.722, Zamora 1.683 y Soria con 1.159 certificados inscritos en el registro.
Los datos son proporcionales al número de habitantes de cada provincia y a su actividad económica (de servicios, turística o universitaria), por cuanto incide en una mayor construcción de viviendas nuevas, rehabilitación de las existentes y un mayor movimiento de arrendamientos.
Según el tipo de calificación otorgada en las certificaciones a los 34.404 edificios con inscripción definitiva en el registro, la evaluación apunta que un 50 % de los inmuebles ha obtenido calificación ‘E’ en cuanto a las emisiones de CO2 producidas por los edificios. La normativa europea establece niveles de eficiencia energética que parte de la ‘G’ (la menos eficiente) a la ‘A’, la más eficiente. Hay que ser conscientes de que las certificaciones energéticas se hacen en todo tipo de inmuebles independientemente de su antigüedad.
Esto demuestra el importante potencial existente en materia de rehabilitación de edificios, tanto para la incorporación de medidas que aumenten su eficiencia energética, como de medidas constructivas para este fin, con lo que la actividad de profesionales del sector de la construcción se prevé en crecimiento.
La propia Administración autonómica demuestra su compromiso por la certificación energética de edificios, promoviéndola en los inmuebles de la Junta de Castilla y León y centrándose inicialmente en aquellos de más de 500 metros cuadrados de superficie. Para ello, se están fomentando cursos prácticos en certificación energética de edificios y sus sistemas de cálculo, destinados a técnicos de infraestructuras de las consejerías para que sean ellos quienes certifiquen sus propios edificios.
Sistema de control de los certificados inscritos
La normativa aprobada establece además que el órgano competente de la comunidad autónoma en materia de certificación energética de edificios establecerá y aplicará un sistema de control independiente de los certificados de eficiencia energética, pudiendo apoyarse en agentes externos autorizados para este fin. En este momento, se está ultimando la puesta en marcha y desarrollo de un sistema de control de los certificados inscritos en el Registro de Certificados de Eficiencia energética de Edificios de Castilla y León. Este control se basará en comprobar la validez de los datos de base utilizados para expedir los certificados de eficiencia energética inscritos en el registro autonómico; verificar los resultados de cálculo de la calificación y, la realización de visitas sin situ a los inmuebles, comprobando la correspondencia entre los edificios o viviendas y las especificaciones que constan en sus certificados, realizando para ello pruebas y mediciones. Durante 2014 y 2015, se llevarán a cabo un mínimo de 801 controles que abarcarán los diferentes tipos de edificios o viviendas.