Las obras de rehabilitación del edificio que albergará la sede central del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación se realizarán con estrictos criterios de sostenibilidad que serán evaluados el estándar de construcción sostenible por BREEAM®.
El edificio, construido en los años 40 para acoger el Instituto Nacional de Industria y que también ha sido sede del propio Ministerio hasta el año 2004, está ubicado en el número 8 de la madrileña Plaza del Marqués de Salamanca y ocupa una extensión de 49.516m2 en la que serán reubicados 1.300 funcionarios.
El objetivo es llevar a cabo una restauración conservacionista, especialmente en el palacete histórico y el conjunto de fachadas, al tiempo que se adecúa el resto de su arquitectura a las necesidades funcionales actuales. Y todo ello minimizando el impacto ambiental de unas obras que durarán, al menos, hasta el año 2017 y que darán lugar a un edificio saludable para sus ocupantes y eficiente para sus gestores.
El proyecto de rehabilitación ha sido promovido por la Dirección General del Patrimonio del Estado y elaborado por el Grupo Tragsa, en colaboración con Mira, Milla y Navarro Arquitectos. La evaluación de los impactos de las obras se realizará en 10 categorías (Gestión, Salud y Bienestar, Energía, Transporte, Agua, Materiales, Residuos, Uso ecológico del suelo, Contaminación, Innovación) y será llevado a cabo por Raquel García Rodríguez, Asesor BREEAM® reconocido.
Medidas de sostenibilidad previstas
El proyecto plantea una distribución de oficina-paisaje, flexible y versátil, para 1.300 funcionarios alojados actualmente en Torres Ágora y en las oficinas de Pedro Ruiz de Alarcón. También se contempla la creación de una guardería infantil.
El edificio contará con una cubierta vegetal que, además de los beneficios térmicos, permitirá crear un nuevo espacio natural. Los patios interiores del inmueble permitirán la ventilación y la entrada de la luz natural, y dispondrán de un sistema retráctil para el sombreamiento automatizado, así como reflectores en los patios más estrechos. En los interiores se optimiza el aprovechamiento de la iluminación natural mediante distribuciones diáfanas y compartimentaciones transparentes.
Al tratarse de un edificio en pleno centro urbano, se limitará el aparcamiento de automóviles (45 plazas, 4 de ellas de vehículos eléctricos), fomentando así el uso del transporte público. Asimismo se crearán instalaciones para el acceso con bicicleta (50 plazas).
El consumo de agua potable se minimizará mediante grifería, valvulería y aparatos de bajo consumo, además de la reutilización de pluviales para riego.
En cuanto a energías renovables, se dispondrá de una instalación fotovoltaica que cubra parte de las necesidades eléctricas del edificio y de una instalación geotérmica para las necesidades de climatización.
Finalmente, se pretende alcanzar una buena calificación energética (A o B). Para ello se está trabajando en la minimización de la demanda energética, con un trabajo especialmente cuidadoso en la envolvente térmica, en el control de la ventilación, en la eficiencia de los equipos y sistemas proyectados, en la monitorización y control de las condiciones interiores y funcionamiento de las instalaciones, y en la eficiencia y control de la iluminación artificial.