La último Informe de la OCDE del desempeño ambiental de España concluye que, desde 2000, se ha reducido la intensidad de la economía en consumo de energía y carbono, ha descendido la contaminación industrial y se ha recortado la generación de residuos per cápita. Sin embargo, el informe advierte de que, a medida que la economía repunte, el crecimiento de la producción industrial podría ejercer nuevas presiones sobre el medio ambiente.
España ha mejorado notablemente su desempeño ambiental desde el cambio de siglo
, ha afirmado el Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría, en la presentación de dicha Evaluación en Madrid, junto a la Ministra española de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina. España ha de asegurarse ahora que su recuperación económica no revierta estos progresos. Hay margen para reforzar y a la vez simplificar las políticas medioambientales con objeto de lograr un crecimiento más sólido, incluyente y ecológicamente sostenible.
España ha hecho importantes progresos en muchos aspectos en su desempeño medioambiental desde el año 2000. Sin embargo, dispone de margen para reforzar la aplicación de impuestos medioambientales y reducir los gravámenes sobre el trabajo con el fin de estimular el crecimiento económico, según el informe.
Partiendo de las medidas ya adoptadas, España también puede avanzar más en la simplificación y racionalización de la regulación ambiental, puesto que la complejidad de su normativa y la gestión descentralizada continúan imponiendo a las empresas una carga burocrática gravosa en materia ambiental, añade el informe.
Los ingresos por impuestos ambientales han caído en España a uno de los niveles más bajos de Europa, un 1,6% del PIB en 2012, mientras que la tributación del trabajo se ha incrementado. El informe apoya una reforma que amplíe y aumente los impuestos ambientales. Por ejemplo, un aumento de los impuestos sobre el diésel hasta el nivel correspondiente a la gasolina podría contribuir a proteger el medio ambiente, permitiendo asimismo una reducción de la tributación del trabajo.
La legislación española en materia de biodiversidad es una de las más ambiciosas de los países de la OCDE y la huella ambiental del sector industrial español es relativamente pequeña. No obstante, el auge de la construcción en los primeros años de la década de 2000, el sector turístico y el crecimiento de la población en las áreas del litoral han creado presiones ambientales que es preciso vigilar.
En el Informe se destaca la gran cantidad de exigencias que establece la normativa ambiental y la relativa descoordinación de su aplicación en las 17 comunidades autónomas. Si bien se han conseguido algunos resultados en la simplificación del sistema, aún podría hacerse más para aliviar la carga que pesa sobre las empresas y recortar los costes que soporta la economía, sin poner en peligro el nivel de protección del medio ambiente.
Otras conclusiones de la Evaluación de la OCDE del desempeño ambiental de España
La intensidad de la economía española en energía (la cantidad de energía primaria utilizada para generar una unidad del PIB) disminuyó un 15% en el período 2000-12 y un 5% adicional en 2013. El consumo energético general siguió el ciclo económico de expansión y contracció”, aumentando rápidamente hasta 2007 para descender después. En 2012, el consumo energético fue un 1% menor que en 2000.
España genera actualmente un 20% menos de CO2 por unidad de PIB que en 2000, debido al creciente porcentaje que representan las energías renovables en la producción de electricidad, por unas medidas de eficiencia energética más estrictas, así como por los efectos de la crisis. El suministro de energías renovables se ha disparado en un 147% desde 2000, representando un 14% del suministro de energía primaria en 2013. Ha habido una fuerte expansión de la energía eólica y solar desde 2005.
Aproximadamente un 29% de la superficie de España y un 8,4% de sus aguas territoriales disfrutan de algún tipo de protección ambiental, lo cual supone uno de los niveles más altos entre los países de la OCDE. El país alberga también una rica biodiversidad. Sin embargo, el estado de conservación de aproximadamente un 40% de los hábitats y especies es relativamente desfavorable.
Aunque el consumo de agua en España es uno de los más intensivos de entre los países de la OCDE – se extraen aproximadamente un 30% de los recursos renovables totales disponibles de agua dulce – el consumo de agua del sector industrial descendió un 60% en el período 2000-2010.