El Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) está trabajando en un proyecto que estudia el impacto atmosférico de la quema incontrolada de biomasa, valiéndose de la gran cantidad de conocimientos generados a lo largo de más de cuatro décadas estudiando el ámbito de la sostenibilidad en el sector cerámico y más concretamente el campo de la prevención, disminución, control de la contaminación y fomento de la salud a través de la calidad del aire. Es por eso que el ITC está desarrollando este estudio gracias al apoyo del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a través de la Fundación Biodiversidad.
La investigación se centra en el impacto atmosférico de la quema incontrolada de biomasa residual, por lo que en breve van a comenzar una serie de campañas de medición. Además se propondrán una serie de medidas correctoras a fin de situar los niveles de contaminación de esa actividad dentro de los límites que establece la Comisión Europea, que para 2030 deberán reducirse en un 50%. Actualmente, según los responsables de esta investigación en el ITC; la cuantificación de las emisiones causadas a la atmósfera por la quema de biomasa residual incontrolada son estimaciones tras el análisis de una serie de imágenes obtenidas vía satélite, lo que conlleva importantes niveles de incertidumbre.
Por eso desde el ITC plantean desarrollar una metodología que introduce nuevas herramientas incluyendo datos que contemplan, por ejemplo, las corrientes convectivas resultantes de las elevadas temperaturas que se dan durante la combustión de la biomasa, dato no incluido actualmente.
Las nuevas herramientas y metodologías desde las que trabaja el ITC suministrarán a las administraciones una serie de datos con una base amplia que les permitirá situarse en una perspectiva más ajustada a la realidad.
Así, el ITC realizará, en primer lugar y con la colaboración del Ministerio de Agricultura, una selección de biomasas residuales a escala nacional, además de emprender una serie de campañas experimentales en zonas de la Comunidad Valenciana, Andalucía, y otra serie de pruebas en la planta de combustión de centro de investigación CEDER-CIEMAT, en Soria.
Según los investigadores del ITC; es muy importante conocer el impacto ambiental de la quema de biomasa a través de la determinación de los perfiles químicos de estos residuos, y para ofrecer una gestión sostenible y alternativa a la actual, evaluará las mejoras ambientales, sociales y económicas que supondría la valorización energética de estas biomasas a través de su quema de forma controlada.