El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) participa en el proyecto europeo FROnT – Fair RHC Options and Trade de la convocatoria Energía Inteligente para Europa 2013, un proyecto que comenzó en abril de 2014 con el objetivo de desarrollar un mercado transparente y equilibrado de tecnologías renovables de calor y frío.
Este proyecto, que se dirige hacia las tecnologías de energía solar térmica, biomasa, geotermia y bombas de calor, está liderado por ESTIF (European Solar Thermal Industry Federation) y el consorcio está formado por un total de 12 socios europeos. En él participan las Agencias de la Energía de Portugal, Países Bajos, España, Polonia y Reino Unido, así como las principales asociaciones industriales europeas de las tecnologías representadas, institutos tecnológicos y empresas privadas de renombre de Austria, España y Portugal.
Con una duración de 30 meses, hasta septiembre de 2016, el proyecto tiene entre sus tareas principales para la consecución del objetivo anteriormente mencionado: conocer la sensibilidad ciudadana hacia las tecnologías renovables térmicas, facilitar una herramienta que permita conocer los costes de generación de energía (LEC) de las diferentes tecnologías de producción de calor y frío (renovables y fósiles) y establecer estrategias y mecanismos de apoyo a estas tecnologías.
El papel de IDAE será participar y realizar una revisión de los mecanismos de apoyo a las renovables térmicas en España, participar en la estimación de los costes para tecnologías renovables térmicas y conocer los factores de decisión de los consumidores para la elección de una u otra tecnología. Asimismo, dentro del proyecto están previstos eventos nacionales, facilitando el contacto entre consumidores, administraciones e industria. Además de IDAE, otro socio español, CREARA, es el encargado del desarrollo metodológico del proyecto.
Con ello lo que se espera conseguir es una metodología consensuada entre todos los participantes para definir los costes de la energía procedente de renovables para la producción de calor y frío; la revisión de los mecanismos de apoyo existentes, especialmente los exitosos; y adecuar las herramientas de comunicación de cara a hacer una comparativa de costes y características de las diferentes tecnologías.