El Proyecto ISOBIO, que ha comenzado en febrero de 2015 y durará cuatro años, desarrolla materiales de construcción sostenible a partir de agregados de origen biológico como la paja, arcilla, trigo o pastos combinados con materiales aglutinantes innovadores. El objetivo es lograr una reducción del 50% en la energía incorporada y las emisiones de CO2 a nivel de componente y una mejora del 20% en las propiedades de aislamiento térmico respecto a los materiales convencionales.
Además, con el fin de demostrar que lo que es bueno para el medio ambiente también lo es para la economía, el proyecto tratará de reducir en un 15% los costes de producción y en un 5% el consumo de energía de un edificio durante su vida útil.
Con un presupuesto de 6,3 millones de euros, el proyecto estará dividido en cuatro fases. Las dos primeras se centrarán en la concepción y desarrollo de los materiales, pasando de la idea a la aplicación, haciendo una suave transición desde el laboratorio a la escala de demostración y prototipo, lo que facilita a la industria la explotación de los resultados en clave de fabricación de los nuevos materiales, y la adopción de éstos por los diferentes gremios de la construcción, instituciones, empresas constructoras y arquitectos.
La mezcla de empresas y expertos que trabajan en pro de estos objetivos es un consorcio de 12 socios de toda Europa. Liderados por los expertos independientes en tecnología e investigación, TWI, e incluyendo socios de Francia, España, Alemania, Noruega, Reino Unido y Bélgica, el proyecto ISOBIO está financiado por el programa Horizon 2020 bajo una convocatoria específica para mejorar la eficiencia energética y reducir la energía incorporada a través de todo el ciclo de vida de un edificio.