El municipio oscense de Grañén cuenta con la primera vivienda certificada con el sistema Passivhaus en Aragón, caracterizada por ser una vivienda con un sistema de construcción tradicional, con una estructura de hormigón armado combinada con cerramientos de fachada de doble hoja cerámica y una cubierta de teja cerámica apoyada en tabiques palomeros.
Partiendo del sistema constructivo de doble hoja, se han resuelto los detalles constructivos de los encuentros manteniendo la continuidad del aislamiento térmico para limitar al máximo los posibles puentes térmicos. Así, la optimización del balance energético de la envolvente opaca y de las ventanas, junto con el diseño adecuado para minimizar los puentes térmicos, han sido los puntos clave para conseguir unos valores de demanda energética inferiores a los establecidos en el estándar Passivhaus.
El requisito de hermeticidad al paso del aire es otro de los puntos fuertes de la vivienda. La consecución de un valor 0,28 renovaciones/hora en el test de Blower-Door ha permitido la mejora del balance energético y ha reducido la demanda de calefacción en invierno y de refrigeración en verano. Por lo que respecta a la climatización de la vivienda, esta vivienda unifamiliar es la primera que utiliza un sistema de ventilación sin necesidad de un sistema de climatización adicional.