Investigadores de la Universidad de Extremadura e Intromac han patentado un mortero con corcho para edificios históricos más resistentes a los terremotos. Este proyecto, contó con su primera patente en 2012 con un material ecológico de refuerzo de bóvedas, que eliminaba el cemento y se constituía a base de cal, áridos pétreos naturales y fibras sintéticas y naturales que le aportaban flexibilidad ante terremotos.
Tres años después, los investigadores Juan Saumell, Manuel Fortea, Isabel Peco, Luis González y José Carlos Salcedo han presentado un nuevo hormigón ecológico a base de corcho, con alta capacidad de deformación, que destaca por tener unas propiedades idóneas para rehabilitar y reforzar estructuras en edificios históricos.
Las virutas del abrigo del alcornoque son la clave del nuevo cemento desarrollado por investigadores de la Universidad de Extremadura. Además se adhiere mejor que el cemento tradicional y no les ocasiona los daños que provocaban los componentes químicos del cemento.
Este mortero ecológico, más flexible, ligero y que no provoca daños químicos, puesto que su base es cal hidráulica, corcho, arena y agua; está siendo probado en las bóvedas del Templo Romano de Diana de Mérida y la intención es emplearlo en otras rehabilitaciones como una ermita en Talaván.