La Sede de la Comisión Europea en Madrid ha acogido la presentación de Dibbiopack, un proyecto de I+D financiado por la Comisión Europea dentro del 7º Programa Marco en el que han participado durante los últimos 4 años 19 socios de 10 países. El eje central del proyecto es el desarrollo de envases inteligentes y multifuncionales a partir de biopolímeros y con la vista puesta en tres sectores clave como el farmacéutico, cosmético y alimentario.
De este modo, los envases pasan a tener un rol activo con funcionalidades para conservar mejor los productos y a la vez informar a los consumidores del estado de lo que hay en su interior; todo ello respetando el medio ambiente, pensando en la sostenibilidad y economía circular. De este modo, el proyecto incide en un sector, el de los bioplásticos, que crece más de un 20% al año y que ofrece grandes oportunidades industriales, ambientales y sociales, al tiempo que avanza en la necesaria reducción del uso y producción de envases a partir del petróleo y abre interesantes cauces en otros campos como los de la gestión de residuos.
Además, Dibbiopack contribuye a avanzar en la economía circular al buscar recursos de modo más sostenible al tener en cuenta los ciclos de vida de los productos a través de un mayor reciclado y reutilización. Para ello, desde 2012 entidades e industrias de toda Europa han abordado conjuntamente la formulación y fabricación de materiales y envases inteligentes (botellas para su aplicación en farmacias, tarros de uso doméstico y bandejas alimentarias) con la intención de superar los hitos normativos, tecnológicos, de mercado y medioambientales que plantea el futuro de los bioplásticos con avances como:
- Nanomateriales que dotan a los envases de bioplástico de propiedades mecánicas y de resistencia semejantes a las que tienen los de plástico convencional y que además no entran en contacto con los productos, porque se usan etiquetas biodegradables que separan envase y contenido y que además llevan agentes antimicrobianos que se liberan cuando aparece la humedad y frenan la aparición de bacterias.
- Films biodegradables con propiedades barrera mejoradas.
- Sensores que cambian de color según el oxígeno que haya en el interior del envase e informan sobre el estado del producto, que además puede leerse sin necesidad de contacto y gracias a la antena RFID integrada en un móvil o tablet, haciendo más fácil el registro de la información y la trazabilidad.
Los resultados de este proyecto serán presentados en una jornada el 24 de febrero en el CaixaForum de Zaragoza, España, donde se reunirá a los socios del proyecto y servirá para repasar todos los detalles técnicos vinculados a su planificación, ejecución y resultados, además de para visitar las líneas piloto donde se han fabricado dos de los tres demostradores.