La nueva ley del Suelo de Galicia ha entrado en vigor con el fin de agilizar y facilitar la redacción de los planes urbanísticos de los municipios gallegos de manera que todos puedan contar con un instrumento de ordenación.
Esta normativa es un texto más sencillo y simplificado, con la reducción de un 31% de artículos respecto de la normativa anterior y que prevé la reducción de trámites; acorta en un 75% la tramitación autonómica de los planes. Nace con vocación de futuro y de permanencia y ponen el interés general que supone el paisaje por encima de cualquiera interese privado o particular.
A modo de ejemplo, la ley establece el marco necesario para que las construcciones se adapten al contorno, gracias al fomento de la recuperación del ya construido frente a nuevas estructuras y refuerza el deber de rematar exteriormente las construcciones, poniendo fin al deterioro del paisaje gallego. En ese sentido, es un nuevo marco normativo que facilita el desarrollo sostenible del rural, impulsando la protección del incluso, pero garantizando al mismo tiempo sus posibilidad de desarrollo.
Una de las principales medidas que recoge esta ley es la creación de nuevas figuras como el Plan Básico Autonómico y los Planes Básicos Municipales, destinados a servir de apoyo a los ayuntamientos con menos de 5.000 habitantes, que son los que mayores dificultades técnicas suelen encontrar para elaborar un planeamiento. Estos ayuntamientos tendrán la libertad de elegir si hacen ellos el PGOM o se lo hace la Xunta a través del Plan Básico Municipal.