La localidad madrileña de Navalcarnero cuenta con una fábrica de baños prefabricados que incluye la instalación posterior en el edificio. Es así como Conspace desarrolla sus baños modulares con materiales elegidos por el propio cliente.
Los baños son prefabricados en entornos controlados siguiendo una cadena de montaje precisa, estudiando de manera pormenorizada cada una de las soluciones. De este modo se ejecutan planos de taller basados en la arquitectura en formato BIM y CAD/CAM que luego se envían a los equipos robotizados de producción.
Según Conspace, el cliente no podrá apreciar si el baño se ha hecho ‘in situ’ o en una fábrica, pero las terminaciones serán precisas y el funcionamiento perfecto
. Los controles de calidad son numerosos, se revisan hasta 120 puntos de inspección para que no existan problemas de uso y mantenimiento.
La instalación del módulo se ejecuta tras el proceso de estructura y antes del cierre de la fachada, con lo que la reducción del plazo de la obra es considerable. Se calcula que los plazos de obra se reducen cerca del 20%, lo que supone una bajada en los costes de en torno al 15%. El último eslabón de la cadena lo compondría el envoltorio del producto. En este caso, el baño se precinta en plástico con una máquina embaladora y ya está todo lista para su instalación.
Una de las ventajas del producto es la optimización del gasto energético y la efectividad en la gestión de residuos. Controlar el proceso sistemático y cumplir con las garantías de calidad ayuda a conseguir buenas puntuaciones de los sellos de sostenibilidad en el edificio; y se reduce en un 90% los accidentes laborales.