Persax presenta su nueva línea Pure que convierte los toldos, estores y persianas en elementos purificadores de las ciudades, reduciendo los contaminantes atmosféricos y equiparándolos al efecto purificador que provoca un árbol.
Este efecto se consigue gracias a una sustancia química acuosa no tóxica e invisible cuyo componente activo es Dióxido de Ttitanio (TiO2) que aplicada a superficies como persianas, estores enrollables, y demás elementos de protección solar, realiza una acción fotocatalítica. Al contacto con la luz del sol, elimina la mayor parte de los contaminantes presentes en las zonas urbanas (NOx, SOx, componentes orgánicos volátiles (VOCs), etc.), absorbiendo así las partículas orgánicas ambientales, y contribuyendo a dejar el ambiente limpio y purificado.
Además de las partículas orgánicas, también reduce los Componentes Orgánicos Volátiles (VOCs) en un 50%, que proceden del humo del tabaco, de los automóviles y de la materia orgánica en descomposición, y pueden causar a corto plazo irritación, reacciones alérgicas y fatiga entre otros síntomas, siendo además los principales responsables de la destrucción de la capa de ozono. Acaba con los Óxidos de Nitrógeno (NOx), que son los causantes la irritación ocular y problemas respiratorios. Y también con los Óxidos de Azufre (SOx), producidos por la contaminación
, apunta Javier Poveda, ingeniero químico de Persax.
En ambientes de fumadores, la línea Pure reduce la cantidad de nicotina en el aire en un 84% en sólo 20 minutos, según datos de Pureti, por lo que ha sido reconocida por la FDA (Estados Unidos de América) como producto apropiado para ayudar a niños con enfermedades respiratorias.
La aplicación de Pure en persianas y fachadas actúa de la misma manera que lo hacen los árboles de nuestras ciudades, atendiendo a la purificación del aire, por lo que se alzan como esenciales para edificios públicos. Limpian el ambiente y purifican el aire. Los agentes contaminantes son absorbidos por los toldos, persianas o lonas, y al entrar en contacto con la luz, el dióxido de titanio hace que se oxiden y se transformen en un compuesto inerte, que al ser pesado, cae a las superficies (o el suelo) y es eliminado por la lluvia.