La promoción de viviendas de Jazz Lezkairu, en Pamplona es el primer edificio de la ciudad que cuenta con paneles fotovoltaicos en fachada para contribuir a la producción de energía para agua caliente sanitaria (ACS).
Según la normativa vigente, todos los inmuebles residenciales deben atender como mínimo el 30% de la demanda de ACS a través de renovables, lo cual se suele cubrir mediante paneles solares térmicos que se colocan en las azoteas.
En el caso de Jazz Lezkairu, se ha optado por un sistema individualizado de suministro de energía, ya que cada vivienda posee su propia caldera de condensación y se consideró adecuado contar también con un sistema individual de producción de ACS. El responsable del proyecto energético, Juan Aiciondo, de AM Ingenieros apunta que las especiales características de la fachada de Jazz Lezkairu han permitido plantear esta solución. Es posible instalar los paneles en vertical en las zonas de servicio de las viviendas, en sustitución de elementos como las celosías, integrados en la imagen del edificio
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En este caso, se necesita una superficie mayor de paneles fotovoltaicos que térmicos para alcanzar la producción energética deseable, lo que implica que la fachada tiene que poder soportar el sistema. En Jazz Lezkairu se han instalado una media de cuatro paneles por vivienda, de acuerdo con la posición de cada una, la superficie disponible y las horas estimadas de luz solar.
La principal ventaja de los paneles fotovoltaicos es que permiten una gestión individual del consumo energético, la producción de energía va directamente a cada vivienda. Además, generan electricidad en corriente continua y la instalación de las viviendas de Abaigar cuenta con un termostato que mantiene el ACS en las condiciones óptimas de consumo y que detiene la producción cuando se ha alcanzado el nivel deseado.
El termostato cumple a la vez una función de seguridad al evitar que el agua se caliente más allá de la temperatura de servicio. Otra de las ventajas de la elección de los paneles fotovoltaicos es que se gestionan mejor los costes energéticos de una construcción por fases, como es el caso de Jazz.