Las ciudades del mundo tieneN una nueva hoja de ruta para los próximos 20 años. Es la Nueva Agenda Urbana, un documento aprobado por todos los Estados miembros de la ONU que ha sido aprobado en Quito durante Habitat III, la Tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible.
Se trata de un documento que recoge cómo deberían evolucionar las ciudades para que sean entornos amigables, inclusivos y resilientes. En él se definen los parámetros para el desarrollo sostenible de las urbes y se ayuda a replantear la planificación, administración y acciones para el bienestar de sus ciudadanos.
La aprobación de la Nueva Agenda Urbana plantea un cambio de paradigma en la urbanización, que es una cosa que conviene mucho porque, con los datos que tenemos, constatamos que la urbanización de los 20 últimos años no ha ido bien. Es decir, no ha encarado suficientemente bien los problemas de la sostenibilidad ambiental, ha crecido la desigualdad urbana, las ciudades han crecido más en espacio que en población, etc. Por lo tanto, hay problemas relativamente importantes en la urbanización. Yo creo que la Nueva Agenda Urbana es una propuesta estratégica para corregir la evolución no tan positiva que hemos visto últimamente
, apuntaba Joan Clos, Secretario General de la Conferencia.
El documento final de Hábitat III permitirá regresar a los principios fundamentales de la urbanización, la legislación, el diseño y la financiación
, remarcó Clos. Los líderes mundiales se comprometen a proveer servicios básicos para todos, a asegurar que los ciudadanos tengan acceso a oportunidades y no sufran discriminación, a mejorar el aire que se respira en esos entornos, a fortalecer la resiliencia ante los desastres y a tomar acciones para abordar el cambio climático, entre otras cosas.
Aunque las medidas no son vinculantes para los Estados, este documento proporciona una guía los Estados, siendo éstos los que coordinando los distintos niveles de Gobierno, son responsables de que llegue a buen puerto.
Según Joan Clos, es la primera vez en la historia que la urbanización ha sido identificada como una heramienta para el desarrollo mundial y lo que hace falta ahora es una necesidad urgente de diálogo reforzado entre gobiernos centrales y locales
, añadió. En este sentido, Clos señaló que el Plan de Implementación de Quito ya ha recibido hasta el momento 36 compromisos voluntarios para poner en práctica el documento final de Hábitat III.
El papel de los Gobiernos Locales
Las ciudades necesitan tener poder para implantar la Nueva Agenda Urbana al nivel más cercanos posible a los residentes urbanos
. Este fue el principal mensaje de los alcaldes que participación en la segunda Asamblea Global de Gobiernos Locales y Regionales el 17 de octubre durante Hábitat III.
El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, remarcó que una sólida apropiación de la Nueva Agenda Urbana es clave para que los alcaldes desarrollen e implementen de manera efectiva políticas hacia la implementación de la agenda; por lo que afirma que los alcaldes están al frente de la batalla por la sostenibilidad
.
Así, con la aprobación de esta Nueva Agenda los líderes de los Estados Miembros se han comprometido a desarrollar un nuevo tipo de ciudades que sean a su vez:
Ciudades inclusivas
La Nueva Agenda busca ciudades en las que que sus habitantes, de las generaciones presentes y futuras, puedan disfrutar de sus espacios físicos, políticos y sociales, ejerciendo de igual manera el derecho a una vivienda adecuada o tener acceso a los bienes y servicios públicos. Y es que la Nueva Agenda recoge y está pensada, según el documento, para cumplir gran parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que aprobó la ONU en 2015.
Ciudades participativas
Una ciudad en la que se promueve la libre participación de todos sus habitantes, generando un sentido de pertenencia, no excluyente, que mejora la cohesión social y las interacciones culturales como base de sociedades plurales, multiculturales y vivas.
Además apuesta por respetar plenamente los derechos de los refugiados, los migrantes y los desplazados internos, independientemente de su situación migratoria. Los líderes han reconocido que la migración plantea desafíos, pero también ofrece una importante contribución a la vida urbana. Debido a esto, se han comprometido a establecer medidas que ayuden a los migrantes, los refugiados y los desplazados internos hacer contribuciones positivas a las sociedades.
Ciudades seguras
Los espacios públicos son la clave para la construcción de comunidades plurales y pacíficas, evitando la estigmatización de grupos sociales y favoreciendo no sólo la expresión cultural, sino también las interacciones sociales.
Ciudades resilientes
El documento fomenta el fortalecimiento de la resilencia en las ciudades para reducir el riesgo y el impacto de los desastres. Muchas ciudades han sentido el impacto de los desastres naturales y los líderes se han comprometido a poner en práctica las medidas de mitigación y adaptación para minimizar estos impactos. Algunas de estas medidas incluyen: una mejor planificación urbana, infraestructura de calidad y la mejora de las respuestas a nivel local.
Ciudades sostenibles
A su vez promueve el apoyo de ciudades más limpias. La lucha contra la contaminación del aire en las ciudades es buena para la salud de las personas y para el planeta. En la Agenda, los líderes se han comprometido a incrementar el uso de energías renovables, proporcionar un transporte público mejor y ecológico, y gestionar de manera sostenible sus recursos naturales.
También implica la toma de medidas para hacer frente al cambio climático mediante la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Los líderes se han comprometido a involucrar no sólo al gobierno local, sino a todos los agentes de la sociedad en la acción climática teniendo en cuenta el Acuerdo de París sobre el cambio climático, que busca limitar el aumento de la temperatura mundial por debajo de los 2 grados centígrados.
Ciudades compactas
El planeamiento es crucial en el crecimiento de las ciudades, asegura el documento. Por ello, la Agenda favorece el uso mixto y público del suelo, valorizando espacios dentro del perímetro urbano y favoreciendo la movilidad colectiva. Asimismo, se considera que la densidad urbana evita la creación de suburbios o barrios dormitorios y mejora la calidad de vida de los ciudadanos.
Bajo estos planteamientos promueve espacios públicos seguros, accesibles y ecológicos. La interacción humana debe ser facilitada por la planificación urbana, por lo que en la Agenda se pide un aumento de los espacios públicos como aceras, carriles para bicicletas, jardines, plazas y parques.
De este modo, la Nueva Agenda Urbana promueve una ciudad inclusiva, participativa, segura, sostenible, resiliente y compacta. Es decir, una ciudad que luche contra las desigualdades y busque el respeto a todos los derechos de los refugiados e inmigrantes, basada en el planeamiento evitando asentamientos informales y en la que se conciba la urbe como un espacio colectivo que pertenece a sus habitantes y que tiene que estar regida por los gobiernos locales y nacionales, en la que sus ciudadanos accedan a todos los servicios básicos sin discriminación.
Pra conseguir su cumplimiento se requieren nuevas reglas y regulaciones urbanas, donde se aproveche la experiencia de las buenas prácticas y en la que se coordinen los distintos niveles administrativos, tal y como se mencionó en una de las mesas redondas de Hábitat III dedicada a la implementación de la agenda.