Un grupo de investigadores de la Universidad de Valladolid ha desarrollado un modelo estadístico capaz de detectar anomalías y proponer mejoras en la eficiencia energética de los edificios no residenciales. El fin último de esta metodología, que ha sido probada con éxito en 14 hospitales públicos de Castilla y León, es dotar a los gestores de los edificios de información objetiva para apoyar las decisiones en torno al control del consumo de energía.
El modelo diseñado mide dos tipos de parámetros relacionados con el consumo energético, unos de carácter constructivo y otros referentes a la actividad propia del hospital, variables a las que se une la temperatura.
A partir de dichos datos y con técnicas estadísticas, los investigadores han desarrollado un modelo de consumo de energía eléctrica. También han definido un índice de eficiencia que permite al administrador controlar y supervisar la evolución de las instalaciones y detectar posibles desviaciones.
Los responsables de la investigación han explicado que conociendo los consumos de forma sistematizada, se genera conocimiento útil a la hora de determinar dónde invertir para mejorar la eficiencia energética, especialmente en los sistemas relacionados con la climatización y la circulación del aire en los hospitales, que debe cumplir una estricta normativa y son los que tienen un mayor gasto energético, especialmente en verano.
Una aplicación monitoriza los parámetros en tiempo real
El estudio ha sido llevado a cabo por los departamentos de Ingeniería Eléctrica y Estadística e Investigación Operativa , en colaboración con la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León y el EREN (Ente Regional de la Energía). En la actualidad, los investigadores siguen trabajando sobre este modelo y han creado una aplicación en la que se monitorizan estos parámetros en tiempo real.
Aunque el modelo se ha aplicado a los 14 hospitales públicos de Castilla y León, los investigadores subrayan que la metodología diseñada es genérica y que, por tanto, podría aplicarse a otros conjuntos de edificios no residenciales para comparar objetivamente el rendimiento energético de todas las instalaciones bajo la responsabilidad del mismo gestor y tomar medidas si fuera necesario.