SUSREG es un proyecto del programa Energía Inteligente para Europa en el que han participado 17 organizaciones de 6 países (España, Holanda, República Checa, Dinamarca, Italia y Chipre). El proyecto tenía como objetivo formar a urbanistas para fomentar la introducción de criterios de sostenibilidad en el desarrollo de nuevas zonas urbanas o la rehabilitación de áreas existentes. Para ello, se ha basado en la selección de Casos de Estudio en cada país, de donde obtener las mejores prácticas y analizar posibles mejoras de los mismos. Con esa información, se ha formado a 84 urbanistas en total (20 en España).
La formación se dividió en seis jornadas con contenido teórico, en el que se trataron aspectos relacionados con la sostenibilidad, con especial atención a las cuestiones energéticas, aspectos normativos, de implicación de los actores implicados, sobre el proceso de planificación y aspectos de comunicación.
Por su lado, la formación práctica consistió en el estudio detallado de los casos de estudio de cada país, para tratar de obtener las mejores prácticas de cada uno de ellos, y estudiar la forma en que podrían mejorarse desde una perspectiva de consumo sostenible de energía de la zona urbana considerada.
En el caso de España, los tres socios españoles del proyecto (Diputación de Ávila, Ciudad de Burgos y Tecnalia) estudiaron el caso de estudio de la Ciudad de Burgos, que también se encargaron de formar a urbanistas en distintos cursos por todo el territorio nacional: Madrid, San Sebastián y Castellón.
Caso de estudio de Burgos
Burgos es una ciudad de tamaño medio (178.000 habitantes) situada en el norte de España, entre Madrid y Bilbao. Se encuentra dentro del trayecto de Camino de Santiago y tiene un marcado carácter cultural y patrimonial con hasta tres lugares Patrimonio de la Humanidad.
El caso de estudio analizado fue el antiguo ferrocarril de Burgos, por ser una zona bastante deprimida donde era necesario actuar eliminando el antiguo trazado de las líneas de ferrocarril, ya que actuaban como una barrera física que dividía la ciudad en dos partes. Actualmente, el trazado del ferrocarril se eliminó de su ubicación anterior, y la zona ha sido rehabilitada al 60% (urbanización de calles y áreas comunes, aceras, zonas verdes, aparcamientos…), como consecuencia del desarrollo del Plan General diseñado por los arquitectos Herzog & De Meuron durante los años 2001 a 2005. La zona fue inaugurada en el año 2011, pasando a denominarse El Bulevar del Ferrocarril.
El caso de estudio en Burgos consistió en el estudio de la zona a rehabilitar en términos de energía y sostenibilidad, con el fin de ir más allá del plan original, el cual recibió aportaciones en este sentido tras los procesos de participación ciudadana. El plan fue mejorado en parámetros como el transporte (carril bus prioritario, onda verde para la gestión de semáforos, carril bici, reducción de facilidades para vehículos privados como prohibición de giro y giros en U, sistemas de telecomunicaciones para la gestión del tráfico y el aparcamiento, zonas seguras para peatones, etc), eficiencia energética (sistema de alumbrado público eficiente), zonas verdes o recogida de basuras mediante sistema neumático.
Las actividades llevadas a cabo dentro del proyecto SUSREG en el caso de estudio de Burgos se centraron en las ausencias detectadas en cuestiones energéticas en el plan original. En concreto, los elementos de mejora que se valoraron fueron a nivel de conjunto, analizando alternativas que redujesen la altura de algunos edificios y valorando la distribución de los mismos para optimizar la proyección de sombras y las horas de sol que recibe cada edificio o espacio público. A nivel de edificio se estudiaron las posibilidades de introducir capacidad de generación de energía renovable o incrementar el aislamiento más allá de los requisitos legales. Todos estos análisis se realizaron con la colaboración del Colegio de Arquitectos de Castilla y León, y urbanistas de Burgos y Ávila.
Tras el análisis, una conclusión fue que las propuestas contenidas en el plan original parecen tener su motivación (o gran parte de ella) en cuestiones estéticas, ya que la nueva zona modificaría el ‘sky line’ de Burgos a imagen y semejanza de grandes ciudades, uniéndolo a una perspectiva de la antigua ciudad. Estas cuestiones estéticas pueden estar detrás de la realidad de que, tras el análisis de sombra, se encuentren zonas en las que no se garantiza un mínimo de incidencia solar.
Otro motivo con el que justificar el diseño de la zona urbana es el económico, ya que la zona se diseña con una alta densidad como una forma de financiar (y de obtener posibles beneficios) de la rehabilitación urbana prevista, por lo que reducir el número de alturas o eliminar edificios parece difícil, ya que eso supondría reducir los ingresos con los que realizar el resto de acciones previstas por los promotores.
Esta imposibilidad de actuar a nivel de distrito se enfrenta con la evidencia de que el diseño actual no es sostenible en términos energéticos, como consecuencia del soleamiento deficitario en algunas zonas. No obstante, aunque por cuestiones estéticas y económicas no se puede modificar el diseño urbano, las propuestas del proyecto SUSREG se propusieron a nivel de edificio. En concreto, se han estimado medidas que tienen que ver con incrementar el tamaño de las viviendas (ya que el nuevo CTE es más estricto cuanto mayor es la vivienda); incrementando los niveles de aislamiento (aspecto fundamental por el clima frío de Burgos) y proponiendo generación de energía renovable (mediante la instalación de paneles fotovoltaicos en los edificios con suficiente acceso al Sol).
Estas medidas reducirían el consumo de la nueva área urbana en un 40% respecto al planteamiento original (de 23.667 a 16.664 MWh/año), y reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero en un 46% (de 7.900 a 4.262 t CO2/año). Además del estudio energético, durante la formación del proyecto SUSREG, se analizaron otros factores clave en el proceso de planeamiento, como la concienciación de los distintos actores, la difusión y la participación ciudadana, para concluir que es necesario contar con la participación de actores relevantes en el proceso de planificación urbana, y apuntando posibles cambios y mejoras en ese sentido.