El departamento de Física aplicada de la Universidad de Huelva y de las Universidades Estatal Paulista y del Oeste Paulista de Brasil han conseguido nuevos materiales para la elaboración de ladrillos más resistentes a partir de una materia prima con muy bajo coste. El material se extrae directamente de las plantas de gestión de residuos de construcción sin necesitar apenas tratamiento y evita tener que invertir en material de relleno (gravas y arenas), o en cementadores (cemento o cal) para la fabricación de los nuevos bloques.
Además de su alta resistencia (más de 7 megapascales) y menor coste, otra ventaja añadida es que aumenta la cantidad de materiales aprovechables en las plantas de gestión de residuos de la construcción. Hoy día, los materiales derivados del reciclado de tamaño inferior a 4,8 milímetros son desestimados para su uso, pero con la nueva técnica que plantean los expertos de Huelva se utiliza todo el material obtenido tras el proceso al no poner ningún tipo de limitación al tamaño de las partículas de las materias primas reutilizadas.
El procedimiento que siguen los expertos, una vez obtenida la materia prima, es similar al de la fabricación de cualquier tipo de bloque, por lo que no es necesaria ninguna inversión en la industria ladrillera. Al igual que con otros materiales, se mezcla con agua y cal o cemento, procedentes también de otras industrias en las que se obtienen estas materias como producto de residuo. Tras la molturación, se homogeniza y se prensa en los moldes, utilizando la misma maquinaria.
Reutilizable el 100% de los restos de demolición
Otro aspecto que han tenido en cuenta son las ventajas de su aplicación en los países como España. En ellos, es de obligado cumplimiento apilar en cubas todos los restos de demolición y de construcción. Una vez transportadas a las plantas de reciclaje, se separan todos los elementos metálicos de los que no lo son. Mientras los primeros son reciclados como chatarra, estos últimos son triturados para utilizarlos como material de relleno, como mortero o para hacer hormigón para su aplicación en carreteras, por ejemplo.
Sin embargo, un 40% de la masa total obtenida supera los 4,8 mm, por lo que hay mucha cantidad de residuo que no se recicla. La nueva técnica permite reutilizar el 100% de los restos de demolición.