La directora gerente del Servicio Navarro de Empleo-Nafar Lansare, Paz Fernández, y el director del Servicio de Desarrollo de Competencias Profesionales, Ignacio Catalán, se han desplazado esta a Lizaso para conocer la marcha del curso de Bioconstrucción, en el que 17 alumnos y 5 alumnas se están formando en estas técnicas constructivas a la vez que levantan un pequeño edificio con forma de caracol. El curso, que comenzó el pasado 9 de mayo, termina el 8 de septiembre y actualmente están aprendiendo la técnica de muros de paja.
Paz Fernández ha destacado que éste es un proyecto surgido de la colaboración público-privada, con una metodología de aprendizaje generadora de valor. La responsable de la graja escuela, Beatriz Otxotorena, por su parte, ha subrayado la motivación del alumnado, interesado en levantar empresas y cooperativas.
Casi todos los materiales utilizados en el curso proceden de Navarra. Para la cimentación se han utilizado casi 500 ruedas de coche, así como roble de las serrerías de Burgi y Jaunsaras, y se ha construido un lucernario de madera sin clavos ni tirafondos.
Formación recibida
Los participantes en este curso han recibido formación sobre prevención de riesgos laborales de la construcción; cimientos y sobre-cimientos; carpintería: estructura, suelo y tejado; techos vivos. Actualmente reciben formación sobre muros de paja. Una vez terminados los muros de paja, se abordará temas de revoques de tierra arcillosa e introducción a la cal.
Se trata del primer intento de constituir un curso oficial específico sobre Bioconstrucción en el Estado español. Está dirigido por el arquitecto bioclimático Iñaki Urkia y lo imparten profesores de referencia de todo el Estado. El curso se realiza en colaboración con la Fundación Ultzama, que está impulsando en Lizaso un área vinculada al desarrollo sostenible. Desde septiembre de 2013 tiene abierta su Granja Escuela, desde la que se sensibiliza a centros escolares, familias y turistas en general sobre la importancia del sector primario (animales, taller de cuajadas, alimentos kilómetro 0), la ecología y la permacultura.
La Fundación se ha marcado como objetivo construir la primera escuela “slow food” del mundo, sobre comida sana, con proyección internacional. El edificio principal, de 225 metros cuadrados, tendrá la forma de un caracol. El curso es gratuito, dado que el SNE-NL asume el costo del profesorado y la Fundación Ultzama el de los materiales.
Frente a la construcción convencional (hormigón y ladrillos), la bioconstrucción ofrece como ventajas el respeto al medio ambiente (menos huella ecológica), la salud (menos materiales tóxicos), eficiencia energética (aislamiento térmico con menor uso de calefacción o de refrigeración artificial) y coste de realización de la obra (relación calidad/precio). En Navarra, se ha recurrido a este sistema en edificios dotacionales (Lorenea, en el Parque de los Sentidos de Noáin; el gaztetxe de Berriozar), de uso turístico (camping de Arbizu) y también en viviendas (Usún).