La Consejera de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local Isabel Elizalde Arretxea y el Alcalde del Valle de Egüés Alfonso Etxeberria Goñi han firmado el convenio para la revisión del Plan Urbanístico Municipal del Valle de Egüés. Asimismo la Directora General de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio Eva García Balaguer y el Alcalde también han firmado el protocolo para la Agenda 21.
En dicho convenio se recoge que el Gobierno de Navarra, a través del Departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local, prestará apoyo técnico para realizar el Plan General Municipal (PGM) del Valle de Egüés. Para ello, el Ayuntamiento recibirá del Ejecutivo foral una subvención del 80% del presupuesto total de los trabajos de elaboración del planeamiento, estimado en 350.000 euros, IVA incluido.
Este PGM incorporará los principios y acciones de la Agenda Local 21. Con este fin también se ha firmado un protocolo de colaboración que permitirá su revisión, es decir, el Ayuntamiento adquiere compromisos para desarrollar el territorio buscando un desarrollo sostenible, a partir de la participación ciudadana. Este protocolo ha sido suscrito por la directora general de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Eva García, y el alcalde.
Este documento viene a marcar la filosofía y las directrices que seguirá el desarrollo urbano del Valle de Egüés en las próximas décadas y su alcalde Alfonso Etxeberria ha destacado los novedosos planteamientos de urbanismo sostenible e innovación social que el acuerdo con el Gobierno de Navarra ha introducido en el futuro PGM. “Estamos ante una gran oportunidad para alinear las políticas de nuestro municipio con los aires de cambio que estamos viviendo en urbanismo y con otra forma de entender el desarrollo urbano, de una mera más compacta, cohesionada socialmente y sostenible”, ha subrayado.
Asimismo, Alfonso Etxeberria ha manifestado que el acuerdo con el Gobierno de Navarra suscrito hoy “supone un punto y aparte y la apertura de una nueva era urbanística” y que “lejos de ser un convenio de desarrollo urbanístico al uso, de aprovechamiento intensivo, implica una forma determinada de entender el espacio urbano, con una visión innovadora y audaz del urbanismo y una nueva cultura en la forma de relacionarnos con el territorio”.
Objetivos de interés foral
Según se indica en el convenio, la redacción del plan se realizará a partir de un proceso de participación orientado a recoger las inquietudes de la población del valle sobre el modelo de desarrollo. Entre los objetivos de interés foral, destacan que el PGM fomentará, el crecimiento compacto, las actuaciones de mejora de eficiencia energética, la movilidad sostenible, la accesibilidad y la preservación del paisaje.
En las áreas libres, que el PGM deberá incorporar como elementos de su estructura y modificación del territorio, figuran los montes situados al norte del municipio (Alzuza, Zabaldikaldea, Irozaldi, Eguibati, Oihanburu), la Sierra de Aranguren (macizo Malkaiz), Monte Grande y Monte Chiquito, y entorno norte de la balsa de Ezkoriz. Los principales enclaves de valor paisajístico son Altzutzate, soto de Olaz y Elizamendi, Campamento e Irigarai.
Respecto al sistema de comunicaciones, se incluye también el corredor fluvial y parque de ribera de los ríos Arga y Urbi. Como itinerarios de interés destacan el parque fluvial de la Comarca de Pamplona, el antiguo recorrido de ferrocarril del Irati; así como cañadas y demás recorridos, senderos y caminos peatonales y ciclables que pueden formar una red de accesibilidad no motorizada que permita la conexión entre núcleos urbanos y medio natural y con los municipios colindantes.
Por otra parte, se realizará un análisis y ordenación del suelo no urbanizable atendiendo a su valor paisajístico, natural, ambiental o agrícola, o a sus valores históricos, científicos o culturales, de forma que todo el suelo no urbanizable cuente con una clasificación y un régimen de uso compatible con los objetivos y valores de protección y conservación.
También se identificará y definirá el suelo no urbanizable de protección de riesgos, en lo referente al riesgo de inundación y llanuras aluviales de los ríos Arga y Urbi y demás regatas.
Objetivos de interés municipal
El nuevo plan deberá prestar especial atención a la renovación y regeneración urbana frente a crecimientos expansivos injustificados. Los nuevos desarrollos deberán justificarse en el modelo de desarrollo propuesto, la demanda previsible y su adecuación para completar tramas urbanas.
Además, el convenio establece que se asumirá como criterio de ordenación la movilidad sostenible dando prioridad a criterios de urbanización y diseño de vías públicas que favorezcan una adecuada accesibilidad de la ciudadanía al transporte público y colectivo y demás sistemas de transporte de baja contaminación. Se
favorecerán en especial los recorridos peatonales y ciclistas, con diseños que favorezcan la convivencia y relación entre las personas, teniendo en cuenta el concepto de seguridad vial y accesibilidad universal en el diseño de calles y espacios públicos.
También se potenciará el uso de energías renovables, así como el correcto tratamiento de aspectos bioclimáticos. Se asumirá como objetivo el diseño y la mejora de espacios públicos a bajo coste, dando prioridad a la implantación de flora local y estrategias de ahorro en materia de riego y mantenimiento.
Agenda 21
El Ayuntamiento del Valle de Egüés ha asumido el compromiso de revisar la Agenda Local 21 en coordinación con la elaboración del Plan General Municipal. Para ello, creará un Comité Ejecutivo Local en el que también participará la Dirección General de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio
La Agenda Local 21 es un proceso de planificación estratégica de un municipio para encaminar su desarrollo hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental y cuyos objetivos se definen mediante el acuerdo entre las autoridades municipales y la población local.
La agenda 21 fue formulada durante La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo o “Cumbre de la Tierra” celebrada en Río de Janeiro (Brasil, 1992), con la intención de disminuir a nivel mundial y de manera local el impacto ambiental que produce la vida en las ciudades. Tras adherirse en sus comienzos 173 países, dos años después en Aalborg (Dinamarca) se firmaba La Carta de Aalborg, donde se complementaban las directrices y medidas que recogía el documento.