Estadios verdes, sostenibles y energéticamente eficientes en la Copa Mundial de Fútbol Rusia 2018

Estadio Luzhniki

La Copa Mundial de Fútbol 2018 que se celebra desde el pasado 14 de junio en Rusia, se ha caracterizado por experiencias y sorpresas futbolísticas, pero también está marcada por la sostenibilidad y la construcción sostenible en aquellas infraestructuras y estadios de fútbol donde se está desarrollando la competición, que tendrá su final el próximo 15 de julio.

Los organizadores del Mundial de Fútbol 2018 han llevado a cabo una Estrategia de Sostenibilidad.

La FIFA y el Comité Organizador Local (COL) reconocen la responsabilidad que entraña la organización de este macroevento y, por este motivo, han puesto en marcha una Estrategia de Sostenibilidad con medidas concretas, entre ellas, la gestión de grandes inversiones en estadios e infraestructuras.

Certificar los estadios conforme a normas sostenibles ha sido un objetivo importante para los organizadores del certamen. “Construir estadios deportivos conforme a la normativa verde no sólo reduce su impacto sobre el medioambiente, sino que también, en gran medida, determina los hábitos en el futuro, incluida una reducción en el uso de agua y energía”, destacan desde la organización del Mundial.

Un estándar ruso especial

Algunos estadios han sido reconstruidos y otros son nuevos. Algunas instalaciones cuentan con el sello BREEAM y otras con la certificación ecológica RUSO Football Stadiums, un certificado verde creado por las propias autoridades rusas.

La certificación RUSO fue creada en el marco de la preparación del Mundial de 2018 para cumplir el requisito obligatorio de la FIFA sobre la certificación verde de los estadios de fútbol utilizados en el campeonato.

Un grupo de expertos que trabaja para el Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente, con el respaldo del COL, elaboró esta normativa verde nacional, la primera de este tipo en el país. Fue diseñada especialmente para la certificación voluntaria de los estadios de fútbol conforme a los principios de la construcción sostenible.

“Los estadios son clave en nuestros esfuerzos por organizar una Copa Mundial de la FIFA exitosa y más sostenible. Por eso, la FIFA ha hecho que la certificación verde sea obligatoria para todos los estadios que se empleen para el campeonato”. Así lo declaraba el responsable de Sostenibilidad y Diversidad de la FIFA, Federico Addiechi, por lo que la sostenibilidad está presente en el conjunto de los impresionantes estadios que en estos días vemos en nuestras pantallas.

Con el objetivo de reducir el consumo de energía de los estadios, el comité organizador del mundial ha utilizado materiales ecológicos y diferentes técnicas de ahorro. Algo que, según sus propias previsiones, reduce el 70% de la energía utilizada en estas instalaciones.

Estadio Luzhniki, el protagonista

El Luzhniki cuenta con la certificación internacional verde BREEAM. El principal estadio de Rusia 2018 (encargado de acoger el partido inaugural y la gran final) se construyó en 1956, y las obras de reconstrucción para Rusia 2018 empezaron en 2013. Uno de los aspectos básicos del proyecto pasó por conservar la fachada histórica del estadio, que se convirtió en una de las señas de identidad más reconocibles de Moscú.

Luzhniki, el principal estadio de Rusia 2018, será el encargado de acoger el partido de la gran final.

En su interior, el estadio se renovó completamente, y su capacidad se incrementó de 78.000 a más 80.000 localidades, convirtiéndose en el estadio al aire libre más grande de Rusia.

El ahorro energético en el estadio Luzhniki se consigue mediante modernos sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, así como reuniendo todos los servicios esenciales en un sistema central automatizado, lo que permite realizar un completo seguimiento y control de cuánta energía consume el edificio.

Entre otras iniciativas destacables, utiliza luces LED en lugar de luces incandescentes, lo que ahorra una cantidad considerable de electricidad. La iluminación exterior del estadio también se instaló utilizando estrategias de ahorro eléctrico.

La tecnología de ahorro de agua en el estadio permitirá que se ahorren cientos de miles de litros durante un partido que se desarrolle con plena capacidad operativa, señalan desde la organización.

Y en cuanto a los grandes espacios verdes y los numerosos árboles que ya había en los terrenos circundantes, se conservaron durante la reconstrucción, al tiempo que se añadía más vegetación. Según los responsables del estadio, se plantaron 1.050 árboles y arbustos, y se colocaron 15.700 metros cuadrados de parterres.

El Estadio del Spartak

El Estadio del Spartak, también en Moscú, recibió su certificado final BREEAM en uso con la puntuación de ‘Bueno’ en enero de 2017. La instalación moscovita está rodeada por una gran zona verde de 80.000 metros cuadrados, 280.000 si se cuenta el terreno anexo.

El Estadio del Spartak cuenta con la certificación internacional verde BREEAM.

Su suministro energético lo regulan diversos sistemas de gestión, que garantizan el ahorro de importantes recursos, incluyendo sistemas de ingeniería altamente automatizados y equipos sanitarios con bajo consumo de agua. Dispone de un sistema eficaz para controlar el consumo de energía para calefacción, ventilación, luz eléctrica, refrigeración, bombeo y otros usos energéticos que operan dentro del estadio.

En 2010, el Spartak empezó a construir su propio estadio, con capacidad para 45.000 localidades de asiento. Su fachada está recubierta de una cota de malla compuesta por pequeñas placas en forma de diamante que representan el logotipo del Spartak. Como curiosidad, la fachada puede cambiar de colorido, dependiendo del equipo que esté jugando en el estadio.

Estadio Fisht en Sochi

El Estadio Fisht ha conseguido los certificados BREEAM y RUSO. Situado en el Parque Olímpico del valle Imeretin de Sochi, se construyó con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero de 2014, y fue reconstruido para la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018.

El Estadio Fisht, ubicado en Sochi, ha obtenido los certificados BREEAM y RUSO.

Originalmente, este estadio llevaba el nombre del monte Fisht, una montaña de la cordillera del Cáucaso. La silueta del edificio, obra de arquitectos británicos, recuerda el pico montañoso cubierto de nieve.

Fisht Stadium es un edificio que opera de una manera ambientalmente efectiva. Cuenta con un sistema eficaz de enfriamiento de energía basado en uso de torres de enfriamiento de agua y enfriadores, que ahorra hasta el 50% de la potencia en comparación con equipamientos equivalentes.

Además, dispone de un sistema de segregación de residuos en tres flujos, equipos con bajos niveles de consumo de agua, e iluminación LED.

El estadio presenta techos únicos de marquesinas. Las marquesinas sobre las gradas consisten en dos secciones independientes sostenidas por arcos en forma de boomerang con una luz de unos 280 metros, que están cubiertos por una membrana translúcida de película de ETFE. Este material es nuevo en Rusia y tiene una etiqueta ecológica internacional del grado más alto, según se explica en los informes técnicos de sostenibilidad del Mundial Rusia 2018.

Estadio de San Petersburgo

El nuevo estadio de San Petersburgo se construyó en la isla de Krestovsky. Cuenta con la certificación RUSO, obtenida en mayo de 2017. El proyecto del famoso arquitecto japonés Kisho Kurosawa tomó la forma de una nave espacial que ha aterrizado en las costas del golfo de Finlandia. El edificio de siete pisos tiene 79 metros de altura.

El Estadio de San Petersburgo es uno de los más modernos del mundo y cuenta con una elevada calificación energética.

Tecnológicamente, el estadio es uno de los más modernos del mundo. Gracias a su cubierta retráctil y a su campo deslizante, el recinto puede albergar todo tipo de actividades a lo largo del año. Incluso en invierno, la temperatura en su interior se mantendrá constante a 15 grados.

En cuanto al consumo energético, el Estadio de San Petersburgo es de los más eficientes. La calificación de su certificación energética es А ++ (muy alta), según figura en uno de los informes técnicos de estadios sostenibles de la Copa del Mundo FIFA 2018.

Entre las tecnologías y soluciones implementadas en el estadio, destaca la recuperación del calor en los sistemas de ventilación que permite ahorros de hasta un 30% de la energía utilizada para la producción de aire caliente.

El techo deslizante está cubierto por un innovador polímero ligero de ETFE que demuestra el mejor rendimiento de acuerdo con los estándares especiales de calidad ambiental para materiales.

Kazán Arena

El Kazán Arena ha recibido la puntuación de Plata en su certificado final de la normativa RUSO. El nuevo estadio de Kazán se construyó en 2013. Posee un diseño excepcional, que se integra perfectamente en el paisaje urbano de Kazán. Visto desde arriba, el recinto, que se yergue a orillas del río Kazanka, se asemeja a un nenúfar.

El Estadio Kazán Arena cuenta con la puntuación de Plata en su certificado final de la normativa RUSO.

Entre las características que le han permitido clasificarse como construcción verde, destaca su estrategia de ahorro de agua y la implementación de un sistema de recolección de agua de lluvia. Este sistema de agua de lluvia es única entre los estadios del Mundial.

Además, las medidas de ahorro de recursos comúnmente utilizadas también se han implementado en el estadio, con sistemas de ingeniería altamente automatizados e iluminación LED.

Otros estadios

El Samara Arena, Mordovia Arena, Nizhny Novgorod Stadium, Ekaterinburg Arena, Volgograd Arena, Rostov Arena y Kaliningrad Stadium son los otros estadios del Mundial de Rusia 2018. En total son 12 los estadios de 11 ciudades donde se celebran los partidos durante estos días.

El Mundial de Rusia 2018 dispone de 12 estadios repartidos en 11 ciudades rusas.

Hasta la fecha, el sello BREEAM lo han recibido el Luzhniki, el Spartak Stadium, y el Fisht Stadium. El Volgograd Arena opta a la certificación BREEAM. De hecho, según informan desde BREEAM, otros estadios del torneo han sido sometidos a su proceso de certificación, como el Samara Arena, el Nizhny Novgorod y el Mordovia Arena.

En definitiva, el conjunto de estadios del campeonato se someten a estándares verdes que aseguren el menor impacto ambiental posible con parámetros que abarcan el uso de materiales menos contaminantes; el uso de tecnologías y sistemas de ingeniería y construcción eficientes; e incluso el empleo de técnicas para la recogida de residuos y su completa reutilización y reciclaje.

Así, este año en Rusia los estadios destacan por su sostenibilidad, una perspectiva diferente desde la que analizar la Copa Mundial de Fútbol 2018.

 
 
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