El proyecto ‘Cité Maraîchère‘ de la firma francesa Ilimelgo introduce la agricultura urbana vertical en Romainville (cerca de París), cambiando la forma tradicional del invernadero. La arquitectura del edificio fue pensada para la agricultura urbana, y su disposición, volúmenes y materiales, para satisfacer las necesidades de iluminación natural, maximizando la entrada de la luz solar. Las instalaciones interiores, técnicas y de almacenamiento satisfarán las necesidades de los operadores, lo que garantiza unas condiciones de trabajo óptimas.
La huerta vertical de Ilimelgo es un invernadero de 1.000 m2 ubicado en la población francesa de Romainville, ubicada al este de París. Con este proyecto, Ilimelgo, estudio de arquitectura con sede en la capital francesa, ganó el concurso organizado por OPH Romainville, para el diseño de un edificio agrícola en colaboración con los arquitectos de Secousses, Scoping, Etamine, Terr’eau ciel y Land’act. El proyecto, con un coste 3,4 millones de euros, está en su etapa de construcción, y está prevista la culminación de las obras a finales de 2019.
Edificio ecológico
El invernadero vertical, insertado en su entorno, es un edificio ecológico que dispone de materiales de origen biológico para aislamiento, sala de calderas de madera, recuperación de aguas pluviales y drenaje, gestión, almacenamiento y redistribución del agua, protección solar y térmica, calor, luz y ventilación natural, y gestión de apertura inteligente.
Para garantizar la producción ecológica, el proyecto proporciona ventilación natural, recolección de agua de lluvia y el uso de compostaje, materia orgánica procedente de residuos agrícolas y de la jardinería tratados para acelerar su descomposición y ser utilizados como fertilizante.
Máxima exposición a la luz solar
El huerto vertical está modelado para albergar cultivos y está diseñado para aprovechar al máximo su exposición a la luz solar. Mediante una columna vacía creada en ambas partes del edificio se permite que la luz circule, además de hacer posible el intercambio de calor.
El estudio de la luz solar permitió definir una exposición óptima de las fachadas de acuerdo con una orientación sur / suroeste favorable al desarrollo de los cultivos. Las plantas se benefician así de la luz solar natural, que se ha optimizado favoreciendo la exposición a la luz de las fachadas del edificio. Diseñado como un entorno bioclimático controlado, el edificio combina sistemas para la producción de calor, ventilación e iluminación en envolturas térmicas eficientes adaptadas a las plantas.
Aislamiento natural
El edificio es rectangular, dispone de una cubierta triangular para maximizar la iluminación solar y la ventilación natural. La estructura es de hormigón, acero y vidrio, y está construido con aislamiento natural utilizando madera.
Desde un punto de vista estructural, el edificio adopta una estructura de viga de columna de hormigón. Está revestido con aislamiento térmico por el exterior cubierto con paneles de acero prepintados. El marco de metal está envuelto por una cubierta de vidrio.
Por su parte, el sistema constructivo está centrado en la prefabricación de elementos (estructura, fachadas, contenedores, etc.) para crear inercia térmica con el fin de restaurar el excedente de calorías almacenadas en la noche.
Disposición de espacios
Uniendo los conceptos de un invernadero hortícola y un edificio industrial, el proyecto está organizado en volúmenes racionales y flexibles, facilitando la organización de los flujos y las áreas de producción.
Se accede al edificio a través de un jardín. En la planta baja se dispone de espacios formativos y talleres, mientras que en el primer piso se plantea una tienda de semillas. Asimismo, se llevarán a cabo talleres de sensibilización para escolares y público en general durante todo el año. También se formará a estudiantes (universidades, colegios y escuelas secundarias), pero también a la población activa (trabajadores y buscadores de empleo).
En las plantas superiores la agricultura ecológica intensiva se desarrolla en contenedores a varios niveles, siguiendo los principios de la agricultura urbana vertical. Hay un invernadero para el cultivo de setas, un huerto, un gallinero y laboratorios para experimentos de germinación de semillas. Las plantas se cultivarán en contenedores como resultado de querer prefabricar un máximo de elementos de construcción, pero también de proporcionar un espacio de trabajo ergonómico para los trabajadores de invernaderos.
Baja huella ecológica
Se trata de un proyecto innovador y abierto a la ciudad. Los responsables del proyecto contemplan que este edificio de agricultura urbana será responsable del desarrollo de un sector de producción de productos frescos con una huella ecológica baja, reduciendo el uso del transporte por carretera y generando puestos de trabajo y formación. Este futuro edificio de agricultura urbana tiene como objetivo participar en la vida del vecindario y transmitir valores y principios de economía circular.
En definitiva, se trata de una propuesta que representa una oportunidad de proporcionar a la población alimentación sana y de calidad, con la intención de crear una unión dinámica entre la horticultura tradicional y la innovación tecnológica.