Un grupo de arquitectos de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia ha creado un ladrillo que da volumen y movimiento a las edificaciones. El denominado CTC (calado de tierra comprimida) es útil para fabricar muros divisorios, como la doble piel de la fachada. No se requiere de un aislamiento de la intemperie ya que permite la ventilación e iluminación naturales, además de aportar una traslucidez del 35 % del área neta, gracias a su geometría, según indican los arquitectos de la Universidad de Colombia.
Este material tiene buenas características termoacústicas, disminuye el consumo energético y aumenta el confort interior tanto de día como de noche, debido a que controla mejor los cambios de temperatura. No genera escombros, otorga un buen ciclo de vida al material, tiene emisiones mínimas de CO2 y aprovecha el agua a la hora de fabricar el producto.
Proceso de fabricación
El diseño del CTC se creó para ser fabricado con materiales propios de los terrenos, como tierra de excavación, agua y aditivos de cal, lo que lo convierte en un material sostenible. Según cuentan los arquitectos involucrados, el material de construcción se obtiene al mezclar tierra, arena, un material estabilizante como cal, cemento o arcilla, y agua en las proporciones adecuadas. Después se somete a presión en una máquina compactadora.
El material, por el que la Superintendencia de Industria y Comercio le otorgó la protección a la Universidad mediante la Resolución 525, es un poliedro cuya base es de 15 x 15 cm y 10 cm de espesor.