Un equipo de investigadores del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha elaborado unos ecoladrillos mediante un proceso sostenible con la ayuda de residuos de construcción como materia prima y energía solar para el secado, con el propósito de disminuir el impacto ambiental que genera la cocción tradicional de las ladrilleras del país, según indican los investigadores.
El equipo de investigadores ha empleado cascajo y otros residuos de la industria papelera y azucarera, así como serrín, cartón, neumáticos y vidrio para la fabricación de estos eco-ladrillos. El proceso pasó primero por triturar los residuos para luego compactarlos y mezclarlos con mucílago de nopal, una antigua técnica utilizada como ligante de la mezcla.
Resistencia, absorción y sostenibilidad
Según explican los investigadores, estos eco-ladrillos cumplen con la norma nacional mexicana e internacional de resistencia y absorción. Los ladrillos fueron expuestos a la prueba de resistencia a la compresión, en la que según afirma el equipo, la mayoría de las muestras rebasaron los 30 kg/cm2 que la norma establece para uso no estructural, y la mitad superó los 60 kg/cm2 para uso estructural. Por otro lado, la absorción de agua máxima inicial varió de 0,8 a 2 g/min, mientras que la norma (NMX-C-404-ONNCCE-2012) establece 5 g/min.
El tiempo de secado fue de 20 días en condiciones ambientales, y de 5 días dentro de un desecador solar diseñado por el mismo equipo. Otra ventaja que afirman es que se trata de un excelente aislante térmico, por lo que su empleo en casas y edificios permitiría reducir la demanda energética.
Los investigadores de este desarrollo señalan que la producción industrial y comercialización del producto podría ayudar a reciclar el cascajo que se desecha en México, que son aproximadamente 12 millones de toneladas de residuos al año.