Con la finalidad de proteger a la población del riesgo que conlleva para la salud la acumulación del gas radón en los edificios, el Ministerio de Fomento está preparando un proyecto de Real Decreto de modificación de la Parte I del Código Técnico de la Edificación, para incluir como exigencia en la normativa la protección contra el radón en recintos cerrados de los edificios.
El gas radón es un gas radioactivo de origen natural cuya acumulación en el interior de los edificios es altamente perjudicial para la salud. Ante esta inminente realidad, la compañía Sika, multinacional especializada en productos químicos, ha desarrollado un sistema diseñado como barrera de protección contra este gas. Se trata de un sistema de membranas adheridas y flexibles para impermeabilizar y proteger las estructuras enterradas.
Se puede aplicar tanto en obra nueva como en rehabilitaciones y estructuras prefabricadas, y está pensado para proyectos de edificaciones residenciales, industriales, comerciales, instalaciones deportivas y de ocio y estructuras de ingeniería civil enterradas.
El gas radón en el nuevo Código Técnico de la Edificación
La Unión Europea, mediante la Directiva EURATOM 59/2013, establece la obligación de elaborar un Plan nacional de acción para el radón, que permita hacer frente a los riesgos a largo plazo debidos a exposiciones en viviendas, edificios de acceso público y lugares de trabajo. Limita la concentración máxima de radón en recintos cerrados, estableciendo un nivel de referencia para el promedio anual de concentración de actividad en el aire de 300 Bq/m3.
Establecer un nivel de referencia para el promedio anual de concentración de radón, limitar la concentración de radón en el interior de los edificios, e identificar aquellos que presenten concentraciones de radón superiores al nivel de referencia, son los objetivos básicos de la modificación del Código Técnico de Edificación.
Será obligatorio implementar medidas en aquellos municipios en los que la concentración de gas radón medida es superior al nivel de referencia. El listado de municipios, será suministrado por el Consejo de Seguridad Nuclear y está elaborado en base a las campañas de mediciones realizadas por dicho Consejo en todo el territorio nacional.
Los municipios se clasifican en dos grupos, en función del nivel de riesgo, estableciéndose las medidas de protección dependiendo del grupo al que pertenezca el municipio en que se ubica el edificio. En los edificios de la zona I se dispondrá de barreras de protección entre el terreno y el edificio que mitiguen la entrada del gas en el interior del edificio. En la zona II se dispondrá, además de la barrera de protección, de sistemas capaces de reconducir el gas al aire libre, evitando que penetre en el interior de los edificios, mediante sistemas de ventilación o despresurización del terreno bajo el mismo.
Así, en la parte I del CTE (Capítulo 3, artículo 13, en el apartado 3) se incluiría la nueva exigencia reglamentaria: ‘Los edificios dispondrán de medios adecuados para limitar el riesgo previsible de exposición inadecuada a radón procedente del terreno en los recintos cerrados’. También tendrá lugar la modificación del Documento Básico DB HS de Salubridad, incorporando una nueva sección en la que se desarrollen los requisitos técnicos que deberán cumplir los edificios para satisfacer esta nueva exigencia.
El radón y la calidad del aire
El gas radón es un gas radioactivo de origen natural, incoloro, inodoro e insípido, que proviene de la desintegración del radio, que a su vez procede de la desintegración del uranio contenido en rocas como el granito. Tiene la capacidad de adherirse a las partículas de polvo que gravitan en el aire, pudiendo acceder y acumularse en los pulmones.
Al aire libre, el radón se diluye rápidamente, por lo que no supone ningún problema. En cambio, en espacios cerrados, pueden registrarse concentraciones elevadas, suponiendo un riesgo potencial para la salud. Si no hay una ventilación suficiente, la concentración puede llegar a ser muy alta y peligrosa para los habitantes del edificio.
El gas radón puede acceder a través de grietas o fisuras en el hormigón de los cimientos de una casa. Además puede potenciarse su entrada gracias a elementos que modifican la presión del aire, como estufas, extractores de cocina o ventiladores. La situación más habitual es que las partes más afectadas sean las plantas bajas o sótanos, desplazándose al resto de la vivienda.
Medios para limitar el riesgo de exposición al radón
Al ser un gas que puede penetrar a través de la mayor parte de materiales de la edificación, como el hormigón, los ladrillos, o los morteros, que son porosos, la solución que propone Sika es interponer al radón una barrera física que sea impermeable al gas de tal manera que ni las pequeñas moléculas de un gas como este puedan atravesarla. Además, esa barrera debe ser continua, es decir, sin juntas o discontinuidades por donde pueda penetrar el gas.
La zona más contaminada de las viviendas, por lo general, es el subsuelo, por donde el gas radón penetra a través de fisuras, tuberías, grietas, juntas o directamente a través del pavimento. Por ello, esa barrera física, en forma de membrana aislante, se debe utilizar tanto en horizontal como en vertical; en contacto con el terreno.
El desarrollo de Sika se basa en una solución para proteger sus estructuras enterradas frente a la entrada de agua y gases, incluidos el gas radón y metano. Se trata de un innovador y completo sistema de impermeabilización y protección para las estructuras enterradas en terrenos agresivos a base de membranas preconformadas de poliolefina flexible (FPO) con muy altas prestaciones, la gama SikaProof, que cuenta con numerosas referencias de obra a nivel nacional e internacional.
Sistema Sikaproof
El sistema SikaProof consiste en una membrana preconformada de poliolefina (FPO) con una capa de unión patentada por Sika, que se adhiere totalmente de manera continua al hormigón.
Es un sistema adherido al hormigón mediante una completa y duradera unión mecánica y química, sin migración lateral del agua, dotado de alta estanqueidad a líquidos y gases, y además de fácil reparación e instalación, y según constata Sika, de alta fiabilidad y seguridad. Es altamente flexible, lo cual lo dota de capacidad de puenteo de fisuras, y tiene una alta resistencia al envejecimiento y a medios agresivos en el terreno y ante el agua de mar.
Este sistema de impermeabilización forma una unión mecánica y química completa, duradera y segura integrándose en el hormigón fresco. Además, se impide cualquier desbordamiento lateral de agua entre la membrana SikaProof y el hormigón estructural. Se aplica en frío y su instalación se realiza sin necesidad de aporte de calor o llamas, previamente a la colocación del armado y vertido del hormigón. Los solapes se realizan con cintas adhesivas especiales que conforman el sistema.
Todos los sistemas han sido ensayados de acuerdo a la normativa estándar y tienen el certificado CE para los mercados europeos. Asimismo se han ensayado todas las soluciones para los detalles y han pasado estos controles, entre las que se incluyen juntas de construcción y de dilatación, pasos de tuberías, conexiones entre cabezas de pilotes, etc. Cuentan también con ensayos de determinación del coeficiente de difusión del gas radón.