Los proyectos Life Reusing Posidonia en Formentera y el Museo del Clima de Lleida, premiados por su sostenibilidad

Los proyectos ambientalmente sostenibles del Museo del Clima, en Lleida, y las 14 viviendas de protección oficial que integran el proyecto Life Reusing Posidonia, en el municipio de Sant Ferran, en Formentera, comparten el Premio de Arquitectura Española 2019 del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE).

Las 14 viviendas de protección oficial del proyecto Life Reusing Posidonia.

Además de los valores arquitectónicos de la obra, el jurado ha tenido como referencia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU. Además, ambos proyectos aprovechan los materiales del lugar, potenciando la belleza y el entorno.

Life Reusing Posidonia

Life Reusing Posidonia son 14 viviendas de protección pública en régimen de alquiler ubicadas en el municipio de Sant Ferran, en la isla de Formentera. Se trata de un proyecto de adaptación al cambio climático promovido por el Instituto Balear de la Vivienda (Ibavi) y la Dirección General de Energía y Cambio Climático de las Islas Baleares, y financiado por el programa europeo LIFE+ en la categoría de gobernanza ambiental.

Su finalidad era mejorar la habitabilidad de las viviendas (temperatura, control de la humedad, iluminación, flexibilidad de usos, etcétera) y ofrecer datos contrastados a la Administración, obtenidos a raíz de la evaluación de un edificio piloto. De hecho, la iniciativa permitió ensayar fórmulas para reducir la huella ecológica y monitorizar el confort de los edificios gracias a la colaboración de la Universidad de las Islas Baleares.

El proyecto vincula patrimonio, arquitectura y cambio climático, y demuestra que la utilización de los sistemas y materiales de la arquitectura tradicional, relegados habitualmente a la rehabilitación, permiten ahorrar más de un 60% de emisiones de dióxido de carbono durante la construcción de las obras. En las obras se recuperó la posidonia oceánica seca como aislamiento térmico, logrando trasladar que no solo se habita una casa, sino un ecosistema.

En el proceso de desarrollo el Museo del Clima

Dentro de un recinto de 12.000 m2, para este proyecto se solicitaba un edificio de 3.000 m2 entendido como contenedor cerrado, que debía lograr una temperatura estable todo el año entre los 18 y los 25 ºC, y al que se dotase de contenido en las salas de exposiciones. Como alternativa, el diseño se centró en la interpretación del clima natural y de sus procesos, y el área de intervención se triplicó en unos 36.000 m2.

Museo del Clima de Lleida.

Aprovechando que las áreas circundantes estaban calificadas como zona verde, se diseñó un gran espacio público en el que se optimizan los materiales obtenidos a partir del movimiento de tierras para activar la vegetación propia del lugar y, como el clima es el objeto del museo, el continente se convierte en el contenido.

En definitiva, el recurso de la tierra como topografía se materializó en el paseo entre el soleado altiplano y la sombría vaguada, y la vegetación autóctona y parte de la edificación que la envuelve actúan como elementos en armonía que transitan por los diferentes microclimas generados.

 
 
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