El centro tecnológico Tecnalia ha elaborado un estudio sobre las consecuencias del cambio climático en Donostia. El estudio está ligado al Plan de Adaptación al Cambio Climático de marzo de 2017, aprobado por el Ayuntamiento de Donostia.
El concejal de Ecología, Enrique Ramos, señala que “lo que se ha hecho es analizar la incidencia de la temperatura en nuestra ciudad. De hecho, en el diagnóstico del propio Plan ya se indicaba que uno de los cuatro impactos del cambio climático en San Sebastián podían ser las llamadas olas de calor”.
Elaboración del estudio
El estudio se ha basado en la realización de un mapa térmico. Se ha elaborado utilizando el modelo de clima urbano de meso-escala Urbclim, empleando para ello información cartográfica y meteorológica.
Los resultados se han validado con datos de estaciones meteorológicas disponibles en la ciudad de Donostia.
Una vez finalizado el proceso de validación, se han elaborado y mapeado diferentes índices térmicos: duración de las olas de calor, frecuencia, intensidad, y temperaturas máximas nocturnas, entre otros.
Conclusiones del estudio
En el diagnóstico realizado se prevé, para el año 2.100, un aumento de la temperatura máxima en torno a 2,8ºC, y un incremento de entre 5 y 15 noches más al año con temperaturas mínimas superiores a 20 ºC. Las proyecciones estiman un incremento de entre dos y cuatro olas de calor más al año para finales de siglo. Junto al incremento de las temperaturas máximas diarias y mínimas nocturnas tienen un efecto directo en la salud.
Por otro lado, la temperatura superficial media del mar ha aumentado 0,19 ºC por década en el periodo comprendido entre 1980 y 2015. El mapa térmico de la ciudad señala igualmente que los barrios alejados de la costa registran temperaturas más altas.
Los sistemas basados en la naturaleza permiten paliar el impacto del incremento de temperatura y las olas de calor, como la disposición de cubiertas verdes y jardines con vegetación.
En el marco de la iniciativa UrbanKlima, Tecnalia está realizando un catálogo de soluciones basadas en la naturaleza para paliar el impacto de la temperatura. Estas soluciones ya han sido adoptadas en numerosas ciudades como por ejemplo París o Copenhague, donde existe una estrategia de cubiertas verdes, en la que en edificios nuevos que dispongan de cubiertas planas (con pendiente menor de 30º), estas deberán ser verdes a partir de este año.