El edificio verde más grande de Europa ya está terminado. Se trata del edificio comercial y de oficinas que forma parte del complejo de edificios Kö-Bogen II, ubicado en el centro de Düsseldorf (Alemania), cuya construcción ha terminado recientemente. Toda su cubierta y dos de sus fachadas están completamente cubiertas de vegetación, modificando la imagen del centro de la ciudad.
La firma de arquitectos alemana Ingenhoven, que asegura que se trata del edificio verde más grande de Europa, señala que este proyecto marca la finalización de un extenso proyecto de renovación urbana en el corazón de Düsseldorf. También representa un cambio de paradigma, desde una perspectiva urbana, el paso de la era del automóvil hacia un urbanismo orientado a las personas. Este proyecto ofrece además una respuesta urbana al cambio climático.
Más de 30.000 plantas, un total de 8 km de setos de la especie carpe, cubren este edificio. El complejo está formado por este gran edificio principal y un pabellón de menores dimensiones, cuyas fachadas verdes inclinadas están enfrentadas.
Arquitectura y naturaleza
Devolver la mayor cantidad de verde posible a la ciudad es una tarea en la que los arquitectos de Ingenhoven han estado trabajando durante décadas y en diferentes zonas climáticas. Con su concepto ‘supergreen’, el edificio adopta un enfoque integral hacia la sostenibilidad.
Las fachadas verdes inclinadas de Kö-Bogen están inspiradas en el Land Art, movimiento artístico que relaciona el paisaje con el arte utilizando la naturaleza como material.
Los setos de carpe se seleccionaron intencionadamente como una especie nativa de madera dura que mantiene sus hojas en invierno. Se desarrolló un concepto fitotecnológico integral junto con la Universidad de Ciencias Aplicadas de Beuth, Berlín, para incorporar los setos en el diseño del edificio.
La vegetación mejora el microclima de la ciudad, ya que protege contra los rayos del sol en verano y reduce el calor urbano, absorbe el dióxido de carbono, almacena la humedad, atenúa el ruido y apoya la biodiversidad. El beneficio ecológico de los setos de carpe es equivalente al de aproximadamente 80 árboles caducifolios completamente desarrollados. Esta integración de la naturaleza en la arquitectura ofrece una respuesta urbana contemporánea al cambio climático.