Silver Oak es una productora de la variedad de uva Cabernet Sauvignon de California, envejecido en barricas de roble americano desde 1972. La productora vitivinícola también es conocida por sus prácticas agrícolas sostenibles y la innovación en el diseño de sus instalaciones después de haber construido las dos primeras bodegas de producción que han recibido la certificación LEED Platinum del U.S. Green Building Council en los condados de Napa y Sonoma (California).
El pasado mes de abril, la bodega Alexander Valley de Silver Oak se convirtió en el edificio más grande certificado con el ‘Living Building’ expedido por el International Living Future Institute (ILFI), una ONG ambiental comprometida con catalizar la transformación hacia comunidades socialmente justas, culturalmente ricas y ecológicamente restauradoras. La certificación fue otorgada después de más de 5 años de cuidadosa planificación y construcción, seguida de una rigurosa auditoría realizada durante un año.
El ‘Living Building’ se basa en el desarrollo real de una construcción sostenible, además del diseño sostenible, ya que los proyectos deben estar operativos durante al menos 12 meses consecutivos antes de la auditoría final para verificar el cumplimiento.
Entre los logros destacados de la bodega Alexander Valley Silver Oak se encuentran la consecución de la energía positiva neta, el uso de materiales sostenibles y la gestión eficiente del agua. Hasta la fecha, se trata del edificio más grande que ha logrado un rendimiento energético positivo neto bajo cualquier programa del ILFI. Es el 25º proyecto certificado con ‘Living Building’ en el mundo, y el segundo proyecto con esta certificación en California.
La bodega está certificada como Living Building a través de siete categorías, o como la certificadora lo denomina, siete ‘pétalos’, que hacen referencia a la gestión eficiente del agua y energía, al uso de materiales sostenibles y al diseño y utilización sostenibles del espacio, entre otros.
Energía embebida y huella de carbono
Un análisis de cuantificación de los materiales de construcción demostró que la estructura del edificio contiene 4.373 t de CO2e, más los 1.010 t de CO2e correspondientes a la instalación de los 2.999 paneles fotovoltaicos monocristalinos instalados.
Para reducir la huella total de carbono embebido se siguieron una serie de estrategias en la etapa de diseño. El hormigón utilizado debía contener un 40% de cenizas volantes (residuos de los gases de combustión de las centrales térmicas, que son compatibles con el hormigón) en su fabricación, lo que equivale a una reducción del 20% en la cantidad de carbono incorporado en la cimentación, y una reducción del 5% en la huella de carbono incorporada al proyecto total.
Se ha utilizado un revestimiento de secoya para la fachada del edificio que reduce el carbono total incorporado en el proyecto en un 3%. El proyecto utilizó una construcción ligera de acero, minimizando el tiempo de construcción, lo cual tiene un impacto positivo en la reducción de la energía utilizada en la construcción. El acero también ha reducido los residuos de construcción, sin necesidad de utilizar madera o plástico, además de aportar más flexibilidad de cara a futuros cambios.
Se creó un plan detallado de gestión de residuos antes del inicio de la construcción. La productora vitivinícola contrató una empresa de transporte de residuos que podía reciclar la mayoría de los materiales de construcción, además de proporcionar datos de seguimiento detallados y específicos del proyecto mensualmente. Al cabo de 3 años, el proyecto desvió del vertedero un total de 2.356 t de material. El proyecto mantuvo un umbral de desvío del 94% en el curso de la construcción. Todo el exceso de suelo fue donado a otros proyectos locales, y todo el metal, madera, hormigón, cartón y yeso fue reciclado.
Madera como material de construcción
Todo el revestimiento de madera interior y exterior se obtuvo de madera recuperada, y la madera nueva requerida para la construcción está avalada por la certificación FSC. La escalera principal en el ala de administración está fabricada a partir de viejos barriles de roble procedentes de una antigua bodega. La entrada a la bodega cuenta con ladrillos de piedra caliza recuperados sobrantes de la construcción de las instalaciones de la compañía en Oakville (Canadá).
Con el objetivo de utilizar materiales ecológicos y no tóxicos, Silver Oak examinó cuidadosamente más de 3.000 opciones de materiales de construcción y equipos, eliminando cualquiera que tuviera incorporados productos químicos nocivos de la ‘lista roja’.
Se comprobaron los elementos interiores que tuvieran el potencial de emitir compuestos orgánicos volátiles (VOC), como pinturas, suelos, aislamientos y muebles. Una vez completada la construcción, se procedió a limpiar y airear el edificio y se analizaron muestras del aire interior para garantizar su calidad y la ausencia de COV.
Aproximadamente el 42% (más del doble del requisito mínimo) de los materiales de construcción utilizados para construir la bodega y la sala de degustación se ensamblaron y/o extrajeron de sitios ubicados a menos de 500 km de la bodega.
Por otro lado, Silver Oak donó una cantidad equivalente a 106 acres de tierra, a la organización no gubernamental Napa Land Trust, que trabaja para la protección de la tierra, y se destinaron para el proyecto ‘Running Deer Ranch’, cerca del lago Berryessa, en California. Esta valiosa tierra se someterá a una ‘servidumbre de conservación ambiental permanente’, es decir, pasará a formar parte de un área natural protegida.
Gestión sostenible del agua
El agua generada durante la producción del vino es tratada por un biorreactor de membrana (MBR), desinfectada con un sistema ultravioleta y almacenada en un tanque de casi 380.000 l. Esta agua se reutiliza para la descarga de inodoros, riego de jardines y lavado de equipos en toda la bodega.
El biorreactor de membrana (MBR) instalado en la bodega Alexander Valley trata y filtra el 100% del agua de la bodega con actividad biológica natural, reduciendo las necesidades de agua potable en un 37%.
También utilizan vapor para desinfectar barriles. ‘Hinchar’ barriles nuevos con vapor antes del llenado requiere solo una fracción de los 227 l necesarios para llenar cada barril.
Energía solar y eficiencia energética
La bodega también ha logrado la categoría de energía neta positiva, con la instalación de 2.595 paneles solares que generan más del 104% de las necesidades totales de energía. Los 2.595 paneles instalados en la cubierta son de fabricación local, en Oregon. Debido a que la propiedad está dividida en zonas para uso exclusivo de los viñedos, no se podía aumentar la producción solar en el sitio utilizando sistemas de montaje en tierra adicionales. Con el fin de satisfacer el umbral del 105%, se optó por instalar 404 paneles solares adicionales en las instalaciones de almacenaje y envío cercanas. Tras 12 meses recopilando datos de energía, se concluyó que conjuntamente se produjo un 121% de la demanda energética de la bodega.
Para cumplir con el requisito de almacenamiento de energía, se optó por baterías de 330 kWh hechas de fosfato de litio y hierro, una alternativa más segura al litio cobalto, y que funciona como una microrred para maximizar la eficiencia de los paneles solares y reducir los costos operativos. Las baterías están controladas por un sistema de gestión de baterías, con una tecnología de control activo (ACT) que rastrea el uso de energía, la producción solar y los costos de red para determinar el momento más eficiente para cargar y descargar la batería. Esto permite que la instalación reduzca los costos operativos al usar la batería con más frecuencia, en lugar de funcionar solo como respaldo de emergencia.
La bodega utiliza un sistema de refrigeración por aire nocturno y dispone de un grueso aislamiento para minimizar la necesidad de refrigeración mecánica. Todos los equipos de agua caliente y electrodomésticos de cocina son eléctricos. Durante la mayor parte del año, el agua caliente es suministrada por paneles solares térmicos y bombas de calor que usa como refrigerante el CO2 ambiental del aire. Los paneles solares actúan como un sistema de precalentamiento para la bodega. El agua posteriormente se envía a dos bombas de calor de CO2. La sala de degustación, por otro lado, utiliza un calentador de agua eléctrico.
Tanto la bodega como la sala de degustación se controlan mediante un sistema de gestión de edificios, de esta forma se monitoriza, mediante subcontadores, el uso de la energía por separado, por ejemplo la energía utilizada para la iluminación, HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado), línea de embotellado, sala de barriles, refrigeración y bombas de pozo. Al separar estos principales usos finales de la energía, el personal de gestión del edificio supervisa el consumo y puede establecer objetivos para reducir el consumo en el futuro.
Iluminación natural y diseño de espacios
El diseño de los espacios de oficina maximiza la iluminación natural y ofrece vistas del exterior a los empleados. El aprovechamiento de la luz natural en el edificio facilita la baja necesidad de iluminación artificial la mayor parte del año. Se realizaron múltiples pruebas de calidad del aire interior para garantizar un ambiente de trabajo saludable. Todos los muebles interiores fueron cuidadosamente revisados para evitar emisiones nocivas. Para pasar el estándar, cada material instalado ha pasado por pruebas rigurosas y voluntarias a través de un laboratorio calificado. Para reducir el uso energético, se instalaron luces LED, detectores de movimiento y estaciones de carga de vehículos eléctricos.
El techo inclinado y el tragaluz del espacio abierto de oficinas se ‘rompe’ con una continuación aleatoria intencionada del material del techo, revestido de madera. Este diseño atenúa la intensidad de la luz que entra para conseguir un ambiente de trabajo más confortable.
El espacio de fermentación en la planta de producción es el corazón de la bodega. Este gran espacio se inundó con la luz natural mediante una serie de tragaluces continuos para crear un brillo cálido en la sala. El gran muro cortina en uno de los extremos está cubierto con un pantalla de sombra con un patrón aleatorio similar a las ramas de los árboles.
Con un concepto arquitectónico diseñado para «enmarcar el viñedo» en la naturaleza, el paisaje de esta bodega se convierte en arte. A través de este concepto, se ha creado un paseo arbolado y un lago artificial que guía a los visitantes a la sala de degustación. Espacios de encuentro como la sala de degustación, los jardines culinarios y la bodega, además de varios patios con mesas de picnic, invitan a la reunión. Un porcentaje de los costos del proyecto fue donado a organizaciones benéficas locales centradas en la atención médica, la educación y las artes.