El proyecto arquitectónico ‘The foam of the waves’ transformará las antiguas termas romanas de la ciudad francesa Aix-les-Bains (en Saboya) en un nuevo complejo de edificios sostenible, que reunirá espacios innovadores para uso residencial, huertos urbanos sostenibles, una galería comercial dedicada a la salud y el bienestar y espacios de coworking. Todo ello revestido de vegetación y con el uso de energías renovables, para crear edificios de energía positiva con un diseño bioclimático que respeta su valor patrimonial.
Tres firmas de arquitectura fueron las que presentaron sus propuestas para la renovación de este espacio. En total se presentaron 6 propuestas, ya que cada firma elaboró una versión baja y una versión alta de su proyecto. Tras llevar a cabo una consulta ciudadana a principios de 2019 surgió como ganador el proyecto en su versión baja ‘The foam of the waves’ (la espuma de las olas), de la firma de arquitectura Vincent Callebaut Architectures, con un 62,89% de votaciones.
El objetivo de este diseño es respetar los volúmenes históricos del edificio, revivir los huertos urbanos, resaltar las cualidades patrimoniales intrínsecas de los edificios con una arquitectura contemporánea, e incorporar una arquitectura del siglo XXI en términos de usos, avances tecnológicos y sociales, y principios constructivos innovadores y sostenibles.
El diseño implementa el concepto de ‘solidaridad energética’ entre un edificio patrimonial y un edificio contemporáneo de energía positiva, integrando el diseño bioclimático y las energías renovables para lograr una huella de carbono ambientalmente neutra.
El proyecto de transformación de este espacio conlleva una serie de obras en las disposiciones originales de los edificios Pellegrini, Revel y Princes de la ciudad francesa. Entre las obras destacan la demolición de los pisos superiores que fueron añadidos en los años 70 y la restauración de la cubierta original. También se eliminarán las adiciones del siglo XIX de los patios para aumentar la luz natural, y se restaurará el diseño original del patio del edificio Revel.
Por otro lado, se demolerá todo el área de la Torre Mabileau por encima del tercer piso de las antiguas termas. Las ruinas romanas presentes en los pisos inferiores datan de la primera mitad del siglo II a. C. y están protegidas como monumentos históricos clasificados.
Distribución de espacios
Con una superficie habitable de 13.000 m², este complejo albergará 185 apartamentos ecológicos, el 25% de los cuales serán destinados a viviendas sociales. Estarán ubicados en la parte este del complejo, y todos contendrán terrazas con plantas comestibles y cultivadas por los habitantes.
La cubierta del edificio sur albergará un huerto urbano dedicado a la permacultura (sistema agrícola ecológico) y acuaponía (sistema de producción sostenible de plantas y peces) que, además, servirá de ‘granja educativa urbana’. Este huerto podrá producir hasta 20 kg año/m2 de frutas y verduras. También podría servir como una sala de usos múltiples a disposición de los servicios municipales. Por su parte, la azotea del otro edificio principal albergará un restaurante con una vista panorámica excepcional del lago y las montañas cercanas.
Para la conservación de las ruinas romanas, se construirán sobre ellas unos suelos acristalados y una nueva galería. Visualmente crearán unas ‘ventanas urbanas’ a los restos romanos, que estarán enmarcadas por elementos de agua que recuerden la historia termal y acuática del lugar.
La zona destinada a centro comercial, en el edificio Pétriaux, contiene antiguos patios históricos que serán mejorados con la instalación de jardines verticales bañados en luz natural. Se mantendrán las dos cúpulas acristaladas que cubren otros dos patios secundarios, en los que se instalarán también jardines verticales. El diseño del centro comercial tiene como objetivo principal sensibilizar a los ciudadanos con la ecogastronomía, la biocosmética y el consumo alternativo.
Este proyecto apuesta por fomentar el ecoturismo que respeta el medio ambiente y las iniciativas de solidaridad en el sector alimentario en Saboya. Defenderá la biodiversidad alimentaria y promoverá los efectos beneficiosos de la comida local, ayudará a los productores y artesanos locales de la industria agroalimentaria que elaboran productos orgánicos de calidad, y en definitiva trabajará para la preservación y fomento de las tradiciones y costumbres alimentarias de Saboya. Además, se llevarán a cabo programas de educación para adultos y niños.
Diseño arquitectónico bioclimático
El objetivo del proyecto es construir un edificio de energía positiva, que produzca más energía de la que consume y reducir su huella de carbono. Para ello el proyecto integra 5 grandes innovaciones: el edificio como absorbente de carbono, aislamiento térmico, diseño bioclimático, integración de energías renovables, y materiales sostenibles.
Para combatir el efecto de isla de calor urbana, las áreas públicas verdes y edificios con vegetación integrada pueden humedecer y enfriar el aire a través de la evapotranspiración de las plantas. La construcción de un proyecto con vegetación densa, con plantas endémicas de la región de Estrasburgo, limita su huella de carbono a la vez que se recupera el agua de lluvia y se reciclan las aguas grises. Además, a través de la fotosíntesis natural, los edificios verdes con más de 25.000 plantas, arbustos y árboles, son capaces de absorber hasta 150 t de CO2 anualmente mientras producen oxígeno.
El diseño garantiza que cada vivienda reciba la máxima luz natural. Los espacios de la fachada en forma de ‘olas escalonadas’ se han estudiado con detalle para poder plantar grandes árboles que crecerán a lo largo de dos pisos, y con un sistema de plantación que asegure una variedad de colores y fragancias en todas las estaciones. Los jardines delanteros serán mantenidos por jardineros profesionales para un mantenimiento óptimo durante todo el año, mientras que los jardines traseros quedarán en manos de cada habitante para que puedan cultivar sus propias frutas y verduras, utilizando el compost de la permacultura. La cubierta vegetal se construirá basándose en las últimas innovaciones de la agricultura urbana y albergará una huerta orgánica basada en la permacultura y la agrosilvicultura.
Se reducirán las necesidades energéticas del edificio optimizando su envolvente con un aislamiento externo de modo que el interior no refleje las variaciones estacionales de temperatura. El aislamiento, la estanqueidad y la inercia térmica del edificio son elementos clave en el diseño de este proyecto.
Los materiales de aislamiento térmico y acústico procederán de materiales ecológicos o reciclables y garantizarán la seguridad y durabilidad de la construcción.
Además de la vegetación, los edificios bioclimáticos diseñados están acordes con el curso del sol y el viento e integran tecnologías pasivas con muy bajo consumo de energía.
Instalaciones de alta eficiencia energética
El complejo contará con la instalación de energía geotérmica para cubrir las necesidades de calefacción y refrigeración. El sistema geotérmico se beneficiará directamente de las aguas termales bajo el edificio patrimonial.
Mediante la instalación de chimeneas de viento se proporcionará ventilación natural pasiva sin consumir potencia de la red. El agua extraída de la recuperación de aguas pluviales y reciclaje de aguas grises se destinará a usos no sanitarios, fito-purificación, y estanques de infiltración.
En este tipo de instalación, los beneficios de eficiencia energética son del 50%, las emisiones de CO2 se reducen en un 50% y el consumo de electricidad se reduce en un 35%. El 65% restante se producirá localmente gracias al uso de energías renovables in situ.
Para garantizar que se produzca más energía de la que consume, se instalará una cubierta solar fotovoltaica y térmica para abastecer las necesidades de electricidad y agua caliente sanitaria. Mediante una mini planta de biomasa se reciclarán desechos orgánicos no comestibles de las plantas para convertirlos en energía calorífica, es decir, para calefacción. Por otro lado, se valora la instalación de un sistema de cogeneración con aceite de colza.
Toda esta tecnología integrada será gestionada por tecnologías de automatización del hogar que monitorizarán el consumo.
Dos opciones de materiales de construcción
Para lograr un diseño cradle-to-cradle (de la cuna a la cuna) que tenga en cuenta las emisiones de carbono embebidas en los materiales, y elaborando el balance energético del ciclo de vida del edificio desde su construcción hasta su completa reciclabilidad, los arquitectos optan por dos tipos de materiales para la estructura: placas alveolares de hormigón pretensado, o madera laminada.
Se llevará a cabo una evaluación ambiental basada en múltiples criterios y etapas del proyecto durante todo su ciclo de vida para comprender y comparar los impactos ambientales del proyecto a lo largo de su ciclo de vida.
Como opción básica, el uso de hormigón de alto rendimiento permite optimizar el dimensionamiento de las estructuras y racionalizar el uso de los recursos naturales. También permite alargar los tramos con hormigón alveolar pretensado para facilitar la reconfiguración futura de los espacios interiores cuando se reasignen. Entre sus cualidades destacan la durabilidad, la máxima eficiencia energética a través de la inercia térmica, buena estanqueidad, resistencia a incendios e inundaciones, y además no emite COVs, y ofrece un excelente aislamiento acústico. Es un material que requiere poco mantenimiento y proviene de una industria local, utilizándose así materiales locales.
Si se opta por la estructura de madera, el proyecto tendrá la certificación FSC «Forest Stewardship Council» o PEFC «European Forests Certified».
Por otro lado, para optimizar la calidad del aire interior, se utilizarán materiales con etiqueta ecológica, tales como productos de madera y suelos de madera, y se elegirán pinturas y mobiliario que contengan materiales de bajas emisiones contaminantes.
Eco-responsabilidad
Todo el proyecto arquitectónico conduce a nuevos paradigmas de nuestra sociedad. Ofrece a los futuros residentes y visitantes la oportunidad de adoptar nuevos estilos de vida que respeten el medio ambiente, la salud y el bienestar urbano para, simplemente, vivir mejor.
Es una arquitectura resiliente, integrada en la naturaleza, que pretende fomentar la biodiversidad, las energías renovables y la economía circular, y aboga por la construcción de ciudades post-carbono, post-fósiles, post-nucleares, e incluso post-insecticidas.
El diseño bioclimático, las energías renovables y la agricultura urbana son los tres pilares fundamentales de un enfoque urbano contemporáneo que lucha contra el calentamiento global y, según afirman los arquitectos, hace de los objetivos de la COP21 una realidad aplicada. De este modo, Aix-Les-Bains podrá convertirse en un modelo ejemplar en términos de eco-construcción orientada hacia el bienestar.